Para Bárbara
Te has ido, Bárbara. Y aunque hace tiempo que no estábamos cerca, siento muy dentro tu marcha. Porque estuviste en tantos veranos y Navidades de mi vida, porque crecimos juntas, porque compartimos más de lo que muchos llegan a compartir en toda una vida.
Fuiste una mujer brillante, con una belleza serena, inteligencia aguda y una simpatía que iluminaba cualquier sitio. Pero la vida te puso obstáculos muy pronto. En los últimos años, tu mundo se volvió más frágil, y te fuiste alejando poco a poco, como quien se va perdiendo entre la niebla. Aun así, nunca dejaste de ser esa Bárbara a la que yo quería.
Yo me quedo con los recuerdos de cuando todo era más sencillo. Cuando compartíamos días largos en lugares nuevos, con rutinas ajenas, pero con la complicidad intacta. Me quedo con nuestras risas, nuestras charlas, tu forma de cuidarme, de hacerme sentir acompañada. Incluso cuando ya no estabas tan cerca, te seguía queriendo. Y desde hace mucho tiempo, te echo de menos.
Que descanses al fin, libre de todo eso que tanto te pesaba.
Nos volveremos a reír, algún día, donde ya no exista la tristeza.
Te quiero
Valeria
