viernes. 19.04.2024
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La lluvia hizo apurar el paso en la procesión de la Soledad en Petín

Con unos minutos de retraso y no sin deliberar si la procesión de la Soledad podría realizarse, al final se optó porque la virgen saliese, eso sí, con un chubasquero muy particular para proteger su vestimenta.

 

 

Con menos gente de lo habitual, debido a la inclemencia del tiempo, la virgen salió en la noche de Viernes Santo acompañada por su hijo crucificado que encabezó la procesión. Un año más las calles de Petín se llenaron de fervor para acompañar en silencio a la Soledad roto únicamente por el Miserere, cantado por las potentes voces masculinas.

 

 

No faltaron los caracoles iluminados en la calle de A Carreira, una tradición con la que la familia de Pili " a da Mansa" y algunos de los vecinos que les ayudan,  atraen a muchos visitantes. Este año las escaleras no se iluminaron con la titubeante luz de los caracoles ya que la lluvia no dejó prender las mechas impregnadas en aceite impregnada en aceite, lo que si se iluminó fue la cruz.

A mitad del recorrido, en la plaza de A Veiguilla la lluvia comenzó a caer de forma más intensa, con lo que hubo que apurar el paso y dejar los cantos del Miserere para la iglesia.

 

Los hombres que cantan en latín el Miserere ensayan durante la semana, en especial el Jueves Santo para coordinar sus voces. “En algunos momentos suena de manera especial. Uno de los más solemnes es cuando está arrancando la procesión a los pies de la iglesia. Queda vacía y los cantores quedan a los pies de la nave y hace de caja de resonancia. Es un momento en el que se “arrepian os corpos”, señala Jesús Manuel García, integrante de este coro de hombres.

 

 

La lluvia hizo apurar el paso en la procesión de la Soledad en Petín