sábado. 20.04.2024
A Veiga

El Entroido de A Veiga mostró su espíritu más primitivo el día dedicado a la «soá»

A Veiga celebró su martes de Entroido con una cita muy especial, la XV Festa da Soá. Un año más, sentó a la mesa a más de 500 personas para degustar «soá», producto derivado del cerdo que fue acompañado de otros ingredientes como patatas y grelos. La «estrella» del postre fueron las orejas de carnaval.

Antes del apartado gastronómico, que se desarrolló en el pabellón polideportivo, A Veiga dio rienda suelta a su «poderío» en la tradición con su ancestral con desfile de «folións» y comparsas. Además de su «folión», sus «charrelos» y su «boi», desfilaron mujeres, niños y niñas del municipio; los «folións» de Chandrexa, de O Bolo, Viana, Penouta, Fornelos y «Rubén y Compañía».

Carreras, saltos y el estruendo de los bombos marcaron el compás de la mañana sacando una de las cualidades más arraigadas en este municipio, el respeto a la tradición, la máscara y el «folión».

Una de las máscaras del municipio de A Veiga más singulares

El espíritu más primitivo del Entroido se dejó sentir en todos y cada uno de los rincones de la localidad, llenando de colorido y sonido sus calles. Los participantes expresaron la magia que llevan dentro y mostraron las máscaras muy singulares.

Una de las máscaras en el desfile de A Veiga

A esta fiesta tan singular, que cada año cobra más fuerza por el impulso que le ha dado el propio Concello de A Veiga, acudió el vicepresidente de la Diputación, Rosendo Luis Fernández; el anfitrión, el alcalde de A Veiga, Juan Anta, así como un buen número de alcaldes de la comarca, entre ellos los de Petín, Larouco y Vilamartín, Miguel Bautista Carballo, Joaquín Prieto y Enrique Álvarez Barreiro, respectivamente.

Representación de la riqueza etnográfica de los «folións»

Aún cuando el martes de Entroido amenazaba con lluvia, la mañana del martes se quedó en una maraña de «nubes» para permitir la «troula» el día más importante de la fiesta, el de la exaltación de la «soá».

El Entroido de A Veiga mostró su espíritu más primitivo el día dedicado a la «soá»