sábado. 20.04.2024
A Rúa

Una tormenta de agua y granizo preocupa a los viticultores de A Rúa

Se produjo durante menos de cinco minutos y causó pequeñas inundaciones en barrios de la villa

Una tromba de agua y granizo «tambaleó» los viñedos en A Rúa y causó pequeñas inundaciones en la red de aguas pluviales. Se produjo a las 18,25 de la tarde de este jueves. Los viticultores ya estaban alerta. Miraban al cielo en las últimas horas, preocupados, con motivo de las tormentas. Ahora, tendrán que evaluar el impacto de este «ataque» a la cosecha.



El alcalde, Álvaro Fernández, se desplazó a los puntos de la villa que registraron pequeñas inundaciones, concretamente la calle Fondareas, la zona del grupo escolar y la calle circunvalación. Hubo algún anegamiento pero no causó problemas.

El alcalde de A Rúa en la calle Fondareas

«El granizo fue de poca intensidad. Las hojas en los viñedos ayudan a amortiguar el golpe, de modo que tal vez no haya demasiados daños. Tendrán que determinarlo los viticultores», argumentó el regidor, quien confirmó que no hubo inundaciones de consideración en A Rúa.

Paso bajo la vía del tren anegado

Julio está siendo un mes traicionero. El calor y la humedad son el caldo de cultivo para los brotes de enfermedades en la vid —mildium, oidio y black rot—. A ello hay que sumar, ahora, el pedrisco, un problema más serio porque puede arruinar la producción.

«En alerta tenemos que estar siempre, pero con calor y humedad, más. La granizada arruinó algún que otro racimo, habrá que esperar para ver los efectos», manifestaron viticultores y bodegueros consultados en A Rúa. En este sentido, lamentan el impacto de las tormentas que, dicen, tendrán que evaluar en próximos días.

Un racimo de godello al que apartentemente no le afectó el pedrisco

Hasta este momento, estaban satisfechos. La época más crítica y delicada, la de la floración, había discurrido sin incidencias. «El clima ayudó a la floración. También, los tratamientos de prevención empleados», comentan. De hecho, el nivel sanitario general de los viñedos a pie de viñas es bueno. «Hay uvas formadas, sanas. Pero todo va a depender del que tiempo desde ahora hasta la vendimia», cuentan.

Aún así, con una visión optimista, los viticultores consultados esgrimen que «es difícil acabar una campaña con el 100 por cien de sanidad». Habrá que ver si esta tormenta deja secuelas.



Junio fue el mes más frío y atípico de los últimos años con una temperatura presentó una anomalía de casi dos grados por debajo del normal —concretamente, -1,86 grados centígrados—. Hasta ahora, las condiciones fueron óptimas para los viñedos, pero desde hace un par de días la situación ha cambiado. El peor enemigo de la viticultura y la agricultura es una adversa climatología.

Texto y fotografía: Susana Prieto

Una tormenta de agua y granizo preocupa a los viticultores de A Rúa