viernes. 19.04.2024
Actualidad

Comerciantes y hosteleros barquenses afrontan un nuevo golpe con las restricciones

Los gerentes de los negocios destacan que estas medidas son las adecuadas para la epidemia, pero afectará a nivel económico

Este 1 de octubre dieron comienzo las restricciones en O Barco de Valdeorras, estas afectan entre otros sectores al de la hostelería, que ya fue sufrió durante el confinamiento y la desescalada.

Montse Rodríguez es la gerente de Pazo do Castro, ella afirma que aún están adaptándose a las nuevas normas tras un verano de pocos eventos y los que hubo fueron de formato reducido. Ahora mismo se encuentran reorganizando todo, ya que si bien la terraza continúa al 75% de capacidad, el interior baja al 50 y se anula la barra.

Esto supone un golpe tras haber estado 88 días cerrados debido al Estado de Alarma y las restricciones posteriores, ya que Rodríguez cree que a gente no se animará a visitarlos ni acudirá a comer o cenar, a pesar de que los trabajadores están formados en materias de prevención del Covid y para el cumplimiento de todas las normas.

Ricardo Cela es el gerente del Café-bar Lisboa, un establecimiento de los de toda la vida situado en el casco urbano barquense, donde mucha gente suele tomar el café en la barra. Ahora estos optan por llevárselo.

El propietario del negocio afirma que se complica todo a nivel de trabajo y económico, pero era previsible tras los datos de los últimos días, considerando las medidas justas y esperando que entre todos se solucionen los problemas relacionados con la epidemia en la localidad.

Marcos González es el gerente de Piquiño Restaurante, y destaca que hay bastante desánimo, pero deben acatar las medidas. Las nuevas normas no le han obligado a hacer grandes cambios, ya que estaba todo el local con un poco más del 50% de aforo y en la barra que tienen los clientes no consumen, aún así decidieron poner cinta y delimitar el espacio para evitar confusiones.

El propietario de este negocio decidió dar vacaciones a parte del personal considerar que la semana no será buena a nivel de ventas, respecto a los clientes afirma que hay de todo, desde los que se olvidan rápido de las normas hasta los que agradecen todas las medidas adoptadas.

Las restricciones también afectan al comercio, con la reducción de aforo al 50%, Ana Núñez, gerente de Palpié Zapatería, resaltó que los clientes han bajado mucho tras el anuncio de las medidas impuestas por la Xunta, algo que se nota más justo cuando se está produciendo el cambio de temporada en el mundo del calzado, pero las considera justas para salir de la grave situación, esperando que en apenas 7 días todo regrese a la normalidad.

A los comercios, como Palpié Zapatería, las medidas restrictivas les cogió en pleno cambio de temporada

Lo mismo han notado en Carola Moda, otra tienda situada en la arteria principal de O Barco. Pocos clientes y los que hay con miedo en pleno cambio de temporada, un nuevo golpe tras lo vivido en el mes de marzo. Desde este negocio piden a la gente que sea consciente de lo que hace y que cuiden de sí mismos.

Por último desde Téxtiles Dain, creen que las medidas son las adecuadas, aunque a veces a la gente les cueste entender que deben esperar fuera debido a las nuevas limitaciones, si bien también creen que la bajada de clientes es debido más a estar a finales de mes que a las nuevas medidas.

Comerciantes y hosteleros barquenses afrontan un nuevo golpe con las restricciones