Vecinos en vela en Viloira, Soulecín y Alixo, como en toda la comarca de Valdeorras

Vecinos en vela en Viloira, Soulecín y Alixo entre otros muchos pueblos de Valdeorras
Valdeorras amaneció exhausta tras una madrugada más de lucha vecinal contra el fuego y el medio a perderlo todo en un incendio que ya ha pasado a León devorando en total más de 15.000 hectáreas

No han podido pegar ojo en toda la noche. En Viloira apagando el fuego en las puertas de sus casas, en Alixo reviviendo el miedo del gran incendio de hace tres años; y en Soulecín y Santigoso, la angustia se mezcló con la impotencia de ver cómo el fuego avanzaba sin apenas medios para contenerlo. El incendio, que comenzó el jueves en Larouco, ha devorado ya más de 13.000 hectáreas en Valdeorras y ha entrado también en León y Lugo, arrasando al menos 15.000 hectáreas en las dos Comunidades.

«El fuego quedou a dous metros de casa»

Óscar, vecino de Viloira, recuerda cómo las llamas cercaron su vivienda: «Estuvo el fuego acercándose durante aproximadamente unas dos horas. Llegó justo en frente de casa y con la ayuda de los vecinos pudimos ir apagando los restos que iban saltando. Luego ya llegó la UME al cabo de una hora y ayudó a remojar para que no llegara a casa».

Él y sus vecinos se defendieron como pudieron: «Con dos mangueras que teníamos y los vecinos con palas, poco más». La lucha se prolongó hasta la una de la madrugada.

Ladera de Viloira. Foto: Paz Vega

En Alixo, Magín describe la tensión vivida: «Pasamos un pouco de medo porque veiamos que o lume empezaba a baixar cara as casas. Ao final subiu pola serra, tirou cara a Domiz e cara a Candeda. A sorte foi que baixaron as temperaturas e que estabamos os veciños, que sí, os veciños éramos os que estabamos ali».

El recuerdo del gran incendio de 2022 pesaba en cada gesto: «Pasamos medo de que volvera a pasar outra vez. Pero estábamos máis atentos, máis avispados».

Alixo

Margarida Pizcueta, concejala de Cultura en O Barco y vecina de Alixo, apuntaba con firmeza: «Aquí non hai prevención ninguna, absolutamente ninguna. Levamos tres anos reclamando no concello que eso se faga, porque Alixó é a terceira vez que arde. Nós non queremos indemnizacións, queremos vivir no rural, pero vivir con seguridade».

Soulecín y Santigoso: la noche más larga

En Soulecín y Santigoso, la sensación fue de abandono: «Estuvimos toda la noche muy mal, porque tiñamos o lume dentro das casas», contaban los vecinos. La luz se fue, los teléfonos dejaron de funcionar y muchos de los que resistieron eran personas mayores. «Temos que agradecer moito aos voluntarios, que se meteron no lume. Nós non estamos preparados, aquí somos xente xubilada, xente maior, e o que vale non é a casa, son os recordos».

Entrada a Soulecín: Foto Paz Vega

 

Desde el Concello, el primer teniente de alcalde, Aurentino Alonso, confirmaba el trabajo realizado durante toda la noches por efectivos municpales y de extinción de incendios y detallaba la situación a primera hora de la mañana tras recorrer las zonas más afectadas junto al regidor, Alfredo García.

Confirmaba que un bulldozer y una brigada habían accedido a uno de los frentes y señalaba la preocupación en Xagoaza, donde el fuego amenazaba con bajar hacia el Castro y los vecinos se preparaban con lo que tenían para defender el pueblo.

Otro de los puntos críticos a esa hora de la mañana estaba en Ferradal, donde se solicitó el despliegue de una motobomba, y también en Fervenza, en la parroquia de Santa Mariña do Monte, donde se había reavivado un foco. Añadía que en el albergue se había reubicado a siete personas de dos familias que habían tenido que abandonar sus casas.

Mientras tanto, la situación no da tregua. A estas horas hay nuevos problemas en Vilanova y de nuevo en Xagoaza, dos frentes que mantienen en tensión a los vecinos. 

Valdeorras amaneció exhausta: vecinos sin dormir, aldeas en vilo y recuerdos devastados. Entre la rabia por la falta de prevención y el agradecimiento a quienes arriesgan su vida para ayudar, la comarca afronta otra jornada de incertidumbre mientras el incendio sigue sin control.