El plasma, la nueva técnica estética que trata la piel sin pasar por el quirófano
El plasma es conocido en medicina por su aplicación en tratamientos regenerativos y en dermatología avanzada. Incluso en sectores como la odontología o la traumatología se utiliza para acelerar la cicatrización y estimular los tejidos. Pero ahora esta tecnología da un paso más: también se aplica en el campo de la belleza, con técnicas que prometen rejuvenecer la piel sin necesidad de pasar por el quirófano.
La experta en estética Nuria Carmona, del centro Ana de la Puente, ha incorporado un dispositivo que trabaja con plasma frío y caliente. Dos variantes de la misma técnica con finalidades distintas: el plasma caliente enfocado en la firmeza y el rejuvenecimiento, y el plasma frío como aliado en problemas dermatológicos.
«Con el plasma caliente realizamos una pequeña quemadura controlada que estimula la producción de colágeno y elastina. Es perfecto para atenuar arrugas, cicatrices y la caída del párpado», explica Carmona. Esta alternativa, conocida como blefarolifting sin cirugía, se ha convertido en una de las aplicaciones más demandadas, al ofrecer resultados rápidos, visibles desde la primera sesión y con una recuperación mínima.
En cambio, el plasma frío se emplea para tratar el acné, las cicatrices o los queloides, además de potenciar la eficacia de otros tratamientos cosméticos. «Mejora notablemente la regeneración celular y ayuda a calmar y reparar la piel», añade la especialista.
Ambas técnicas son seguras y no invasivas, aunque cuentan con contraindicaciones: no deben aplicarse a mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, personas con marcapasos o pacientes en tratamiento con corticoides.
El centro Ana de la Puente ya ofrece esta opción innovadora, que responde a una creciente demanda: rejuvenecer y mejorar la piel de forma natural, rápida y sin los inconvenientes de una intervención quirúrgica.