La Panadería Regalado es uno de esos negocios que aún siguen abiertos en el número 44 de la Rúa San Roque, en el casco vello de O Barco. Desde hace 10 años está a cargo de los hermanos Regalado, los hijos de José Luís.
«Llevamos 10 para 11. La situación era floja cuando la cogimos y ahora está un poquito más floja todavía», asegura César hijo de José Luís, con quien conversamos. Aunque en el tiempo que dura la conversación fueron por lo menos cinco los clientes que se acercaron por la tahona.
«Es un negocio familiar, mi padre pertenecía a los hermanos que son dueños de la casa y nos hicimos con él», explica. «La panadería en si no era de nadie, pero la explotaba uno de sus hermanos. Lo que es de todos es la casa y el local en sí», aclara.
César Regalado, y su hermano, son la tercera generación de panaderos, ya que el horno de leña, que aún conserva el establecimiento, lo montó su abuelo para atender a los ciudadanos que venían con la cartilla de racionamiento.
Aunque son casi 11 años ejerciendo de panaderos, conocían lo esplendoroso del negocio tiempo atrás, cuando no había pasarela y, para ir de Viloira a O Barco y viceversa había que recorrer las calles San Roque y Real. «La pasarela le quitó mucha vida al sitio. Sin la pasarela, cuando yo trabajaba con mis tíos, sobre todo los días de feria bajaba por aquí mucha gente y aprovechaba para comprar el pan», indica César.
Tampoco ha ayudado mucho que por la calle no puedan circular vehículos a excepción de los residentes, porque «todos queremos ir en coche hasta la puerta». «De cara a vivir aquí no hay problema, pero es difícil que la gente pase y más ahora que está cortada», subraya.
Además, señala que hay mucha competencia y ellos no están en la mejor zona. «El pan es un elemento imprescindible para la alimentación diaria `pero la venta tampoco es cómo antes. Ahora hay más competencia, hay más sitios donde se hace el pan.
Respecto a cómo se podría dinamizar la zona apunta, «cada uno tiene que mirar por lo suyo pero mis quejas serán igual que las de todo el mundo, me imagino. La zona vieja del Barco estar así, no es lo más normal. Si se hubiera incentivado en su día con alquileres más asequibles para negocios nuevos, bares o yo que sé, sería otra cosa».
Los peregrinos que hacen el Camiño de Inverno podrían ser potenciales clientes, ya que el olor de la calle a primera hora de la mañana invita a entrar, aunque no seas peregrino. Panadería Regalado hace el pan que sigue la tradición familiar y también elabora empanadas y dulces.
