Magdalena Sánchez Blesa: la poesía como refugio, memoria y fuego
Este 10 de mayo, el escenario del Teatro Lauro Olmo de O Barco de Valdeorras se abrirá no solo a las palabras, sino a la vida entera de una mujer que ha hecho del verso un salvavidas y un puente hacia los otros. Magdalena Sánchez Blesa, poeta de lo cotidiano y lo profundo, ofrecerá un recital poético gratuito, hasta completar aforo, en un acto organizado por el grupo Recordar Historia, con el impulso de María Luisa Valcarce.
Nacida en Puerto Lumbreras (Murcia), Magdalena carga con una infancia marcada por una pérdida temprana: la muerte repentina de su padre cuando apenas contaba ocho años. Desde entonces, la escritura no fue para ella un pasatiempo, sino una tabla de salvación. A falta de respuestas en el mundo visible, se adentró en los misterios del alma a través de la poesía, esa voz interior que le ofrecía cobijo y claridad, esa forma íntima de decirse el mundo.
Su vocación artística no tardó en abrir más caminos. A mediados de los años noventa ingresó en la Escuela Superior de Arte Dramático de Murcia, convencida de que el cuerpo también podía ser un poema y la escena, una extensión del alma. Desde entonces, el teatro y más tarde el cine —como en su papel protagonista en Las Aventuras de Moriana (2015)— fueron sumándose a su universo creador.
Pero sería en ese mismo año, 2015, cuando su voz comenzó a expandirse con una fuerza inesperada a través de las redes: sus video-poemas, recitados por ella misma, empezaron a viralizarse, emocionando a miles de personas a lo largo del mundo hispanohablante. No es difícil entender por qué: Magdalena no escribe desde la pose ni el artificio. Su palabra es directa, clara, honda. Habla de madres que se parten el alma, de niños que sueñan con horizontes distintos, de ancianos que aún esperan. De lo que somos, sin adornos.
El grupo Recordar Historia, que promueve el acto, no podría haber elegido mejor a su invitada. Porque la poesía de Magdalena, como su labor, es también un ejercicio de memoria, de dignidad compartida, de resistencia en lo pequeño. Como ellos, que han tejido un tapiz de vivencias solidarias —como recoge su publicación más reciente, Recordar historias—, Magdalena escribe para no olvidar, para transformar el dolor en comprensión, el pasado en impulso, la pérdida en canto.
Este 10 de mayo, en O Barco, no será solo una poeta quien suba al escenario. Será una mujer que ha hecho de cada herida un verso, y de cada verso, un puente hacia quienes también buscan respuestas. La entrada será libre, pero quienes asistan saben bien que saldrán con el alma llena. Porque la poesía de Sánchez Blesa no se escucha: se habita.