El incendio de Larouco deja un panorama «devastador» para el tejido empresarial de Valdeorras

El incendio de Larouco deja un panorama «devastador» para el tejido empresarial de Valdeorras
AEVA advierte de pérdidas del 30% al 70% en viñedo, castaña y miel, y reclama ayudas ágiles para evitar el colapso del tejido empresarial
 

El fuego que comenzó en Larouco la pasada semana, y que ha arrasado más de 30.000 hectáreas en Valdeorras y Quiroga, ha dejado tras de sí un escenario difícil de asimilar en la comarca. Carlos Terán, presidente de la Asociación Empresarial de Valdeorras (AEVA), advierte de que las consecuencias «no se recuperarán en meses, sino en años» y que sectores clave como el viñedo, la castaña y la miel sufrirán pérdidas que rondan entre el 30% y el 70%.

«Soy optimista por naturaleza, pero en este caso no lo soy», confesó Terán, que subraya que los efectos ya se notan en el día a día de los negocios: menos movimiento en las calles, caída del consumo y descenso en las ventas online. AEVA ha pedido a sus asociados que envíen cuanto antes un balance de daños para poder trasladarlo a las administraciones y reclamar apoyos.

En el caso de la viña, se estima que un 40% de la producción podría perderse y hay bodegas que no podrán cosechar este año. La situación es aún más grave en la castaña, con descensos previstos de hasta un 70%. A ello se suman los apicultores, que ven cómo la falta de alimento en el monte dificulta la supervivencia de las colmenas. «Si no hay relevo generacional, habrá producciones que no se recuperen en 30 o 40 años», advirtió Terán.

El presidente de AEVA alertó además de los daños colaterales en el turismo y la hostelería. Muchos visitantes que estaban de vacaciones abandonaron la comarca al verse en peligro y las reservas han caído. «¿Quién va a venir ahora?», se preguntó, recordando que en el incendio de hace tres años el monte se regeneró con rapidez, aunque el impacto económico en los negocios tardó mucho más en superarse.

AEVA insiste en la necesidad de articular una «ventanilla única» que agilice las gestiones para acceder a ayudas y evitar trabas burocráticas, sobre todo en las replantaciones de viñedo. «Necesitamos que sea rápido, ágil y que no se demore en el tiempo», reclamó Terán, que considera prioritario realizar un balance real y objetivo para evaluar de nuevo la situación dentro de seis y doce meses.