«Solo es un momento», pero un impacto a 50 km/h es como caer de un tercer piso
Nos lo han repetido hasta la saciedad. Lo hemos visto en anuncios impactantes, en campañas de la DGT, en controles de tráfico y hasta en las clases de autoescuela. Y, sin embargo, aún hay quienes suben al coche y deciden que el cinturón de seguridad es opcional. «Parece mentira que en 2025 todavía haya gente que no lo usa», dice Beatriz Delgado, agente de la Policía Local de O Barco, con una mezcla de asombro y resignación.
No es una exageración. En 2020, 125 personas murieron en España en accidentes de tráfico por no llevar puesto el cinturón, un dato que duele aún más cuando se sabe que muchas de esas vidas se habrían salvado con un simple “clic”.
Las excusas son de lo más variopintas: «Voy aquí al lado», «es que me aprieta», «no sabía que era obligatorio en ciudad» (lo es desde 2006) o la clásica: «Si me la pego, el problema es mío». Pero no, el problema no es solo del que decide jugársela. «Si alguien en el asiento trasero no lleva el cinturón, en caso de accidente sale disparado contra los de delante», explica Delgado. «Así que el conductor y el copiloto no solo reciben el impacto frontal, sino también el de la persona que iba sin sujetar». Doble golpe, doble riesgo.
Y aunque muchos piensan que en ciudad el peligro es menor, la realidad es otra: un choque a 50 km/h sin cinturón es equivalente a caerse desde un tercer piso. La física no perdona.
Lo llevas, pero ¿bien puesto?
Aquí viene otro detalle en el que muchos fallan. Porque no basta con ponerse el cinturón, hay que colocarlo bien. «Debe pasar por la clavícula y ajustarse a la raíz de los muslos, nunca por encima de la barriga», recalca Delgado. Este último punto es clave para embarazadas y personas con barriga prominente, porque en un accidente el cuerpo tiende a deslizarse por debajo del cinturón, lo que puede provocar lesiones internas graves.
Y ojo con los inventos caseros: «Algunas personas se lo ponen por debajo del brazo para que no les moleste en el cuello, pero eso puede provocar fracturas costales e incluso perforaciones pulmonares en caso de accidente».
El descuido también se extiende a los más pequeños. Aunque el uso de sistemas de retención infantil (SRI) es obligatorio hasta los 135 cm de altura, no siempre se usan bien. Y eso puede ser fatal. «Muchas lesiones en menores se deben a que la silla está mal instalada o el cinturón no está bien ajustado», advierte Delgado. En 2019, un tercio de los niños fallecidos en accidentes de tráfico no llevaba el SRI adecuado o lo utilizaba incorrectamente.
Y aquí otro dato que muchos desconocen: el asiento más seguro del coche es el trasero central. «Está más alejado de las estructuras del vehículo, lo que reduce el riesgo en caso de impacto lateral», explica la agente.
Hay otro error que se repite cada día y que puede costar muy caro: bajarse del coche por el lado de la carretera. «Los niños no miran antes de abrir la puerta. Y su percepción de la velocidad es muy diferente a la de un adulto», advierte Delgado.
La regla es clara: siempre bajar por el lado de la acera. Parece básico, pero las prisas, la rutina o la falta de costumbre hacen que muchas veces no se cumpla. Y el riesgo de atropello es real.
La DGT y la Policía Local de O Barco lo tienen claro: sin cinturón no hay excusas. En una reciente campaña de vigilancia, se detectaron 5.841 personas sin ningún sistema de sujeción, entre ellas 317 menores que no llevaban un SRI adecuado o lo usaban mal. «El cinturón y los sistemas de retención infantil están diseñados para salvar vidas. No hay excusas», concluye Delgado.
Así que ya lo sabes: elige. O el “clic” del cinturón, o el golpe de la colisión.