El CCA termina 2025 con récord de asociados y trabaja ya en el rediseño de sus campañas más emblemáticas
El comercio local de O Barco cerró 2025 con una realidad compleja: varios negocios históricos bajaron la persiana por jubilación de sus propietarios, sin relevo generacional, pero muchos de esos locales no quedaron vacíos. En su lugar, entró gente nueva, con otros proyectos y otra mirada, una circunstancia que el Centro Comercial Aberto (CCA) interpreta como una señal de resistencia más que de declive.
El presidente del CCA, Jacobo Arias, subraya que la asociación ha superado este año el centenar de socios –récord de la asociación–, una cifra significativa en un entorno rural y en un contexto marcado por la competencia de grandes áreas comerciales, la venta online y el aumento de las exigencias administrativas y tecnológicas. «No es que el comercio no quiera adaptarse, es que a veces se le pide hacerlo en condiciones muy difíciles», resume.
Uno de los principales problemas que deja 2025 es, precisamente, la falta de relevo generacional. Comerciantes con décadas de trayectoria se jubilan y cierran negocios que han sido referentes, sin que nadie continúe su actividad. Aun así, el CCA destaca que en muchos casos esos cierres han ido acompañados de nuevas aperturas, evitando la imagen de locales vacíos y calles apagadas.
El año también estuvo marcado por las dificultades para sacar adelante algunas campañas. La pasarela de moda del CCA, una de las iniciativas más emblemáticas, tuvo que suspenderse hasta en tres ocasiones debido a las condiciones meteorológicas. La experiencia ha llevado a la directiva a replantear su formato de cara a 2026, con el objetivo de asegurar fechas y contar con alternativas que eviten cambios continuos.
Con este balance, el CCA ya trabaja en la planificación del próximo año. Entre los proyectos previstos figura la creación de una aplicación propia y una plataforma digital de compras vinculada exclusivamente al comercio de Valdeorras, pensada para facilitar el contacto directo entre cliente y establecimiento, sin intermediarios.
Otra de las líneas de trabajo para 2026 será reforzar la conexión entre comercio y turismo, aprovechando el paso del Camino de Invierno por O Barco como oportunidad para atraer visitantes y convertir su presencia en consumo en los negocios locales.
También se introducirán cambios en otras campañas consolidadas, como el Túnel del Terror o la programación navideña, a partir de propuestas realizadas por los propios socios en las asambleas del CCA. Para Arias, ese intercambio es clave: «Las campañas funcionan cuando los comerciantes sienten que forman parte de ellas».
Entre cierres inevitables, nuevas aperturas y proyectos en marcha, el CCA O Barco se prepara para este 2026 con la intención de ajustar su modelo sin renunciar a la identidad del comercio local, en un escenario que obliga a adaptarse sin perder el pulso del día a día.
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