O Castro también tiene su Navidad… sin cortocircuitos ni multitudes
La villa barquense ya ha encendido sus luces que no tiene que ver con la de Vigo… ni falta que hace
No hubo largas colas para acceder a la Vila do Castro, ni 7.000 personas con paraguas apiñadas a los pies de la torre del homenaje, ni vecinos dando la bienvenida en gallego, castellano e inglés como lo hizo el alcalde de Vigo. Pero, milagrosamente, las luces de O Castro, al igual que las de Vigo, ya lucen en lo alto del promontorio.
Los vecinos de esta parroquia de o Barco no quisieron ser menos que los vigueses y, en la tarde de ayer, encendieron sus propias luces. Unas cortinas doradas en las barandillas, visibles desde la N-120 a su paso por O Barco y desde muchos puntos del municipio.
Incluso una de las casas se vistió por completo de luz con un árbol que, a diferencia del gigantesco de Vigo, no provocó ningún cortocircuito. Eso sí, no fue la única, numerosas viviendas y árboles de la ladera que sube a O Castro también se iluminaron de azul, blanco, verde y dorado, anunciando que la Navidad ya está aquí.
Dicen los vecinos que aun falta mucha decoración por instalar y más luces por colocar, pero, al igual que en Vigo, ya han encendido su Navidad… y sin necesidad de decretos anti-lluvia, despliegue policial ni miles de paraguas.
Casi podríamos decir que los de O Castro fueron más rápidos que Abel Caballero y su comitiva. Menos espectáculo, sí, pero con la misma magia de ver un pueblo vestido de luces y con el espíritu navideño encendido.
Entre tanto gasto y despliegue de luces en grandes ciudades, la Navidad de O Castro demuestra que no hace falta tanto para sentirse en estas fechas. Menos luces, sí, pero más nuestras; más cercanas, más de vecinos y de tardes de trabajo con ilusión barrio. Porque, al final, lo importante es compartir y celebrar en casa, con aroma a castañas y risas en la plaza, y no perderse entre multitudes y pantallas de leds.