viernes. 19.04.2024

[row][double_paragraph][the_ad_placement id="nadal2018-izquierda"] [/double_paragraph][double_paragraph]

Enamorada de la uva godello que tanto valoraba su padre, Inma López, gerente de Bodegas Ruchel S.L., está convencida de que la uva autóctona de Valdeorras habla de nosotros, «es como nosotros», porque representa la cordialidad, la amabilidad y el disfrute, características que nos definen como comarca. «Nuestra uva por excelencia es sutil, acogedora, no invasiva, es un vino agradable, para compartir con gente a la que conocemos y con gente a la que no», destaca. De hecho, para Inma López, «nuestra uva es de las grandes que produce España, incluso si me aprietas, es de las grandes del mundo».

Tal es su convencimiento, que desde el año 90 que daba sus primeros pasos, Bodegas Ruchel apostó por la godello, una visión que no ha variado un ápice en la actualidad. «Han cambiado muchas cosas pero seguimos intentando hacerlas como las hacían nuestros antepasados, a pesar de los depósitos de acero inoxidable», bromea.

Esta filosofía es la que ha hecho a la empresa apostar por una forma de hacer vino distinta, y crear por ejemplo, la marca Ruchel Secretos del Abuelo Godello y Mencía, pensando en «cómo lo hacían nuestros abuelos». Así, el vino pasa simbólicamente por barrica de madera e incluso se incorpora la testimonial presencia de las lías, queriendo recuperar aquel tiempo en el que el filtrado no existía en los pasos de la elaboración del vino. «Es muy importante que el vino diga de dónde vienes, tanto como a dónde vas», sentencia la gerente.

Pero no sólo en la elaboración del vino persigue Bodegas Ruchel mantener viva la tradición, la familiaridad, también se desprende de su etiquetaje, donde el símbolo de una hijuela refleja la herencia gallega en la que los terrenos se dividían en mil partes.

Al respeto por la tradición y la apuesta por lo nuestro, se une también la constancia. Bodegas Ruchel ha conseguido mantener la calidad de sus productos a lo largo del tiempo, hazaña meritoria en los tiempos que corren, tan deprisa. «Más allá de los galardones, siempre hemos mantenido nuestro nicho de mercado, y ese 'mantenernos en' es la mayor satisfacción y reconocimiento que podemos tener», confiesa.

En 2015, Bodegas Ruchel ampliaba dominios desde su castillo de Vilamartín donde tenía su sede, y añadía a sus dominios una nueva nave situada en la carretera N-120, una decisión corporativa que supuso un paso más en su historia de crecimiento en Valdeorras.

Quién le iba a decir al padre de Inma López que sus hijos hoy en día trabajarían juntos «y bien avenidos», algo en lo que por otra parte, él siempre creyó. Quién le iba a decir que Bodegas Ruchel se convertiría en referente del buen vino valdeorrés partiendo de un momento en el que la comarca «no era referencia de casi nada». Quién le iba a decir a la familia López Ferrer, tras muchos años explicando dónde se encuentra Valdeorras sobre el mapa, que un día el godello sería una uva conocida y explotada en beneficio de todos.

Quién le iba a decir a Bodegas Ruchel que a días de entrar en el año 2019, las ideas serían inagotables y la empresa seguiría gozando de una fundada y merecida proyección sólida de futuro.

Si deseas escuchar la entrevista completa a Inma López, gerente de Bodegas Ruchel, haz click en el siguiente enlace:

[/double_paragraph] [/row]

Inma López: «Los vinos de Ruchel dicen de dónde vienen»