Valdeorras se prepara para el golpe de los aranceles de Trump
El anuncio de un arancel del 20% a productos europeos por parte de Donald Trump ha reabierto en Valdeorras viejas heridas comerciales. La medida, destinada a proteger el mercado estadounidense, amenaza con recortar las exportaciones de sectores estratégicos para la comarca, como la pizarra y el vino. Este último ya vivió una situación similar en el primer mandato del presidente republicano, cuando impuso aranceles del 25% a las bebidas alcohólicas. Entonces, fue el vino el gran perjudicado; ahora, la alerta se extiende también al mineral que da trabajo a cientos de familias en la zona.
«Esto va a retraer las exportaciones», advierte Severino González, gerente del Clúster de la Pizarra de Galicia. «Todo producto que llegue a Estados Unidos, incluida la pizarra, será un 20 % más caro. Lo pagará el consumidor final, pero las ventas van a descender. Es inevitable». En 2024, el sector exportó 10.329 toneladas de pizarra por un valor de 8,7 millones de euros a EE. UU., un mercado ya consolidado, especialmente en el ámbito de la construcción. «Ese incremento de precio es letal. Y no hay atajos: no podemos desviar nuestras exportaciones a través de otros países para esquivar los aranceles. Solo queda esperar los movimientos políticos o pensar en una estrategia a largo plazo», señala González.
Esa misma preocupación la comparte David Martínez, presidente de la Asociación Empresarial de Autónomos de Ourense. Calcula que solo en el sector vitivinícola de la provincia, el impacto de estos aranceles podría traducirse en una pérdida de entre 2,5 y 3 millones de euros. «Va a afectar a todos los productos exportables de Galicia, incluida la pizarra. Y aunque los consumidores estadounidenses acaben pagando el sobrecoste, muchas empresas gallegas tendrán muy difícil mantener su presencia en ese mercado», afirma.
Martínez también pone el foco en la contradicción que supone esta política comercial con respecto a los recientes intentos de Estados norteamericanos por establecer relaciones económicas con Galicia. «Hace unas semanas estuvieron aquí representantes de siete Estados buscando hacer negocios, y ahora nos encontramos con esto. No se entiende bien».
Desde el Consejo Regulador de la D.O. Valdeorras confirman que ya están trabajando para contrarrestar el posible impacto. Su presidente, Marcos Prada, señalaba durante la feria internacional ProWein que el contexto internacional exige expandirse y consolidar nuevos mercados: «Tal y como está la situación en el mundo, es importante expandirse en otros lugares para tener una base sólida si hace falta», apuntó.
El sector vitivinícola de la comarca no olvida el precedente del primer mandato de Trump, cuando el vino gallego ya sufrió una fuerte caída de ventas por la imposición de aranceles del 25%, que solo se retiraron con la llegada de Joe Biden. El temor ahora es que la historia se repita.
Estrategias a largo plazo
Tanto la pizarra como el vino comparten una dificultad añadida: entrar en mercados internacionales lleva años de trabajo, inversiones y adaptación. Perder una posición consolidada no solo implica una caída de ingresos inmediata, sino también una posible reconfiguración de estrategias comerciales. «Estamos abiertos prácticamente a todo el mundo», recuerda Severino González, «y encontrar nuevos mercados no es tan fácil como parece. Seguiremos trabajando en ello, pero con cautela».
Ante la magnitud del anuncio, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha comunicado la movilización de 14.100 millones de euros en medidas de «aplicación inmediata» para proteger a los sectores más expuestos a la guerra comercial. Entre las medidas previstas figuran la reactivación de créditos ICO, los ERTE para sectores afectados y apoyo financiero para la diversificación de mercados.
Por su parte, la Unión Europea ha calificado los aranceles como «injustificados» y «contraproducentes». La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha advertido de las «consecuencias nefastas» de estas políticas para millones de personas y ha asegurado que Bruselas prepara ya contramedidas, en especial ante los aranceles al acero. Aunque se muestra abierta a una solución negociada, la UE está dispuesta a responder con firmeza si es necesario.
Mientras tanto, los sectores de la pizarra y el vino en Valdeorras ya estudian cómo adaptarse a este nuevo escenario, reforzando su presencia en mercados existentes y tratando de abrir nuevos destinos para sus productos.