La salida de los niños en Valdeorras fue escalonada y controlada
Aprovecharon para que sus familiares los viesen desde las ventanas y balcones, para acercarse al río o para subirse a la bicicleta
La mañana lluviosa no invitaba a salir, por ello o porque los niños de Valdeorras no tienen esa imperiosa necesidad de dar un paseo con uno de sus progenitores, lo cierto es que no se vieron muchos chavales por las calles. Y es que, como hemos repetido en tantas ocasiones, somos unos privilegiados. La mayoría tiene una terraza, una ventana y hasta un trozo de terreno en su casa así que, la necesidad de estar en contacto con el exterior es menos imperiosa.
Muchos de esos niños, sobre todos los de mayor edad se negaron a salir puesto que lo que querían era estar con sus amigos, jugar al fútbol o simplemente reunirse en grupo, aunque fuese guardando la distancia de seguridad. Hablar de sus cosas, contar sus experiencias mirándose a la cara aunque fuese a dos metros de distancia, era importante pero eso no lo pudieron hacer.
Los más pequeños aprovecharon para ir bajo la ventana de sus abuelos, tíos u otros familiares para que viesen lo que habían crecido o lo guapos que estaban porque ya se sabe que la vídeo llamada no refleja estos aspectos con rigor. Los más mayores aprovecharon para quedar con sus dos o tres amigos a la misma hora y así se pudo ver a adolescentes sobre todo, caminando guardando esa distancia social con sus padres o madres detrás.
Muchas bicicletas, patines, algún miedo y muchas quejas. Dylan nos contó que el sol le molestaba en los ojos y que casi prefería estar en casa, después de tanto tiempo ya se había acostumbrado. Su mamá se lamentaba que tuviese que pasear la familia por separado, ella con Dylan y su pareja con su hija.