A Veiga se viste de ganchillo con una nueva edición de «Tejiendo Sueños»
Desde 2016, las calles y plazas de A Veiga se visten cada verano con obras únicas de ganchillo, fruto del trabajo conjunto de vecinas que han convertido esta tradición artesanal en un símbolo de unión y creatividad. El proyecto, bautizado como «Tejiendo Sueños», nació de la mano de la educadora familiar y del Servicio Social municipal con un objetivo claro: combatir la soledad en las 29 aldeas que integran el concello, especialmente entre mujeres mayores, y ofrecerles un espacio para compartir tiempo, conversación y habilidades.
«Lo que queríamos era que la gente que vive sola, sobre todo las mujeres, pudiese reunirse en el local social para hablar de sus cosas», explica Eva Yáñez, concejala de Cultura. Con los años, la idea inicial se ha transformado en un gran evento que no solo refuerza los lazos ente los habitantes de las distintas aldeas, sino que también deja una huella artística en el municipio.
Cada edición tiene un tema diferente. Ha habido años de mariposas y corazones, otros de paraguas y bicicletas forradas, e incluso desfiles de moda con vestidos hechos a mano. En esta ocasión, la inspiración llega de la miel, uno de los productos más característicos de la zona. El proceso es siempre colectivo: «Si hacemos una muñeca, una le hace un trozo de la chaqueta, otra la manga, otra el sombrero…», detalla Yáñez.
Pese a que este año participan unas 40 personas, la edil reconoce que cada vez son menos, porque las nuevas generaciones apenas dominan el ganchillo. «La gente joven, muy poco. Al final, vamos quedando menos», lamenta, aunque no descarta incorporar talleres para enseñar a quienes quieran aprender.
La cita de este año comenzará este martes a las 19.00 horas en la Plaza do Toural con la presentación de las participantes y la actuación de la Escuela de Música local, que ofrecerá piezas con saxofón, banda de gaitas y coro. A las 22.30 horas, la cantautora MJ Pérez pondrá el broche musical a una jornada que promete llenar de vida y color las calles del municipio.
Las creaciones ya están expuestas por distintos puntos de A Veiga, resultado de meses de trabajo conjunto entre aldeas y la Asociación de Mujeres. Un ejemplo de cómo la tradición, la creatividad y el espíritu de unión del rural gallego pueden entrelazarse —como los puntos del ganchillo— para mantener viva la esencia de un pueblo.