¿Debe preocuparnos el asteroide 2024 YR4? Óscar Blanco nos lo explica

¿Debe preocuparnos el asteroide 2024 YR4? Óscar Blanco, del Observatorio Trevinca nos explica los riesgos y las posibilidades de impacto
En los últimos días, el asteroide 2024 YR4 ha despertado cierto revuelo ya que las primeras estimaciones de su órbita han llevado a especular sobre una posible colisión con la Tierra en el futuro. El astrónomo Óscar Blanco del centro Trevinca nos cuenta las probabilidades

El 22 de diciembre de 2032, millones de personas en España estarán pegadas a la radio o la televisión esperando escuchar el número que les haga ricos en la Lotería de Navidad. Pero ese mismo día, a millones de kilómetros de distancia, habrá algo más que también estará “apostando” a caer en la Tierra: el asteroide 2024 YR4.

Si te estás preguntando qué es más probable, la respuesta es clara: el asteroide tiene más posibilidades de impactar que tú de ganar el Gordo. Mientras la probabilidad de que un solo décimo te haga millonario es de 1 entre 100.000 (0,001%), la de que 2024 YR4 choque contra la Tierra es, según las estimaciones actuales, es de 0,28% — el miércoles era del 3,1% y el jueves de 1,5%—. Es decir, decenas de miles de veces más probable.

¿Quiere decir eso que deberíamos preocuparnos? Para despejar dudas, hablamos con Óscar Blanco, astrónomo del Centro Astronómico de Trevinca, quien explica que, aunque el riesgo está ahí, aún es pronto para hacer predicciones alarmistas.

Pero comencemos por el principio. El 27 de diciembre de 2024, un telescopio detectó por primera vez el asteroide 2024 YR4. A primera vista, era solo otro objeto más de los muchos que se descubren cada año. Pero cuando los astrónomos calcularon su trayectoria, saltaron las alarmas. «Las primeras estimaciones apuntaban a un 1,6% de probabilidad de impacto. Puede parecer poco, pero si te dicen que hay un 1,6% de posibilidades de que te caiga una maceta en la cabeza un día concreto, seguro que no sales de casa», comenta Blanco.

Trayectoria estimada del asteroide 2024 YR4. Imagen de la NASA

Conforme se fueron ajustando los cálculos, la probabilidad subió al 2%, y actualmente la NASA la sitúa en 3,1%, el riesgo más alto jamás registrado para un asteroide. Sin embargo, esto no significa que el impacto sea inevitable. «A medida que sepamos más sobre su órbita, es posible que veamos que la Tierra ya no está en su camino. Puede que en unos meses la probabilidad se reduzca a cero o que tengamos que seguir atentos hasta su próximo acercamiento en 2028».

Si impacta, ¿qué pasaría?

Si 2024 YR4 efectivamente impactara la Tierra, no sería el fin del mundo, pero sí podría causar un desastre local significativo. «No generaría un efecto global, pero sí un daño local considerable. En caso de impacto en una zona poblada, podría arrasar una ciudad entera, como ocurrió en el evento de Tunguska en 1908», explica el astrónomo.

Aquel suceso, ocurrido en Siberia, destruyó más de 2.000 km² de bosque debido a la explosión de un objeto similar en la atmósfera. «Si algo así ocurriera hoy sobre una gran ciudad, la devastación sería enorme».

La buena noticia es que el 71% de la Tierra es océano y solo un 3% de la superficie está densamente habitada, por lo que la probabilidad de que caiga en una gran urbe es baja. Sin embargo, si impactara en el mar, el problema sería otro: un tsunami. «Parte de la energía del impacto se disiparía en la atmósfera, pero sí, podría generar un tsunami. Aun así, no sería un supermegatsunami de película».

Pero, en pleno siglo XXI las posibilidades de que el asteroide impacte son muy pocas gracias a la tecnología. Existen telescopios automatizados que rastrean constantemente el cielo en busca de asteroides potencialmente peligrosos. «No hay mejor prevención que observar. Si no los descubrimos con antelación, no podemos hacer nada para desviarlos», señala Blanco. 

Si en los próximos años se confirma que 2024 YR4 sigue en ruta de colisión, los científicos podrían intentar desviarlo. La NASA ya ha probado con éxito esta tecnología en misiones como DART, que en 2022 logró modificar la órbita de un asteroide por primera vez. «No es como en las películas donde envían una bomba nuclear. Se trata más bien de darle un pequeño empujón con una nave, como en un juego de billar cósmico».

Por ahora, no hay motivo para el pánico. Lo más probable es que los próximos cálculos reduzcan la posibilidad de impacto a cero. «Vamos a esperar a ver si tenemos más noticias, pero que nadie se preocupe. Además, casi podemos descartar la Península Ibérica como una posible zona de impacto», afirma Blanco, es muy pequeña.

El próximo momento clave será en 2028, cuando el asteroide vuelva a pasar cerca de la Tierra y los astrónomos podrán afinar aún más su trayectoria. Hasta entonces, podemos seguir con nuestras vidas tranquilamente. Y si en 2032 escuchas que alguien grita «¡nos ha tocado!», más vale que se refiera a la lotería.