El odio en las redes sociales, un reflejo del mundo interior de quien lo ejerce

El odio en las redes sociales, un reflejo del mundo interior de quien lo ejerce
Existen varias razones por las que alguien que no insultaría a otra persona a la cara, lo haga por Internet. El anonimato, la falta de empatía o el "efecto arrastre" son factores comunes que llevan a este problema

El 8 de febrero se celebra el Día Internacional de Internet Seguro, un día para reivindicar la importancia de combatir el odio en las redes sociales. Todos, hemos sido víctimas del odio de gente que se dedica a atacar a personas como un método de “distracción” a través de las redes sociales. Hoy Iria Fernández, del Centro de psicología Resiliencia nos cuenta las causas y soluciones ante este problema. 

Existen varias razones por las que alguien que no insultaría a otra persona a la cara, lo haga por Internet. El anonimato que dan las redes sociales hace que estas personas se sienten protegidos. Además, quien quiere hostigar en redes sociales puede llegar a crearse perfiles falsos para ello. 

La falta de empatía es otro de los motivos. Cuando estamos ante una pantalla no vemos la reacción de los demás. En un contexto online podremos ser más crueles con otras personas porque ni siquiera somos conscientes de quién es en realidad y del daño que les estamos provocando. A esto se suma el denominado “efecto arrastre”, que es el cambio de comportamiento que se produce en las personas cuando forman parte de un grupo.

¿Por qué?

Como explica Iria Fernández, este tipo de personas ha existido siempre, pero se ha incrementado el llegar a muchísima más gente, que entra cada vez con más frecuencia a las plataformas, y a más plataformas, y permanecen mucho más tiempo en ellas.

El uso de violencia y crítica hacia los demás es un reflejo del mundo interior de quien los emplea. Cuando una persona insulta por RRSS y en la vida real, realmente se está insultando a él mismo por usar esos términos, no ofendiendo a otra persona. El estar pasando un momento delicado puede llevar a muchos a usar el odio en Internet como forma de canalizar sus frustraciones.

¿Qué hacer?

Las redes sociales ya disponen de herramientas que nos permiten denunciar. Si nosotros como usuarios vemos que alguien está siendo objeto de odio, podemos alzar la voz en su defensa. En caso de que el problema escale, deberíamos plantearnos denunciar más allá de las redes sociales.

Además, la mejor forma de lidiar es ignorando cada una de sus intervenciones. Esto los lleva a buscar otros lugares donde sí puedan ser considerados.

Educar en la empatía, en ponernos en el lugar del otro también en el ámbito digital, aunque no veamos a la persona cara a cara porque detrás hay una persona que siente, también es una solución.

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