
Algo más de media hora duró la intensa caída de agua y granizo en la tarde de ayer en Valdeorras, tiempo suficiente para causar algunos daños en zonas de campo y viñedo que los viticultores califican de «nada alarmante». El presidente de la asociación Ruta do Viño de Valdeorras, Joaquín Sánchez, explicaba que «hay hojas que están naciendo que se vieron dañadas y sarmientos que cayeron al suelo por la fuerza del viento, pero se trata de un daño que no traerá después enfermedades para la planta».
Lo que comenzaba siendo un día de sol, se transformaba a media tarde en cielos cubiertos que descargaban con fuerza. Desde la Bodega Sampayolo, que tiene viñedos en la zona de Petín y A Rúa, nos contaba su responsable, Javier García, que «en Petín prácticamente no cayó nada de piedra, sólo cayó en A Rúa y allí hay hojas tocadas, aunque no debería ser preocupante». Explicó García que «esas hojas dañadas se caerán al final aunque no es preocupante porque la vegetación está saliendo». Recordó también que «el año pasado cuando vino la tormenta de granizo, la uva ya estaba madura así que donde cayó, rompió todo a su paso. Este año todavía está saliendo el racimo».
Hay que recordar que el año pasado el pedrisco sí conseguía dañar las viñas causando pérdidas en el sector.