Indignación entre el profesorado por el examen de Biología de la PAU en Galicia
El examen de Biología de la PAU celebrado este lunes en Galicia ha provocado una oleada de quejas entre el profesorado de segundo de bachillerato. El foco de la polémica está en la primera pregunta del examen, de tipo competencial y obligatoria para todo el alumnado, que muchos docentes consideran mal redactada, confusa y con un nivel de exigencia impropio de esta etapa educativa.
La cuestión, centrada en el virus del COVID y las vacunas de ARN mensajero, estaba dividida en cinco apartados. Aunque los cuatro primeros se consideran en general asumibles, el quinto ha generado un amplio rechazo. El enunciado era el siguiente: «Algunos virus, como el de la gripe, tienen una alta tasa de mutaciones, lo que hace que, muchas veces, las vacunas de un año no sean eficaces el siguiente. ¿Cómo puede facilitar la utilización de ARNm la creación de vacunas nuevas, adaptadas a las mutaciones producidas?»
María Jesús Fernández Maseda, tutora de segundo de bachillerato en el IES Cosme López de A Rúa y profesora de Biología, ha presentado ya una reclamación ante el grupo de trabajo responsable de la materia. Según explica, la pregunta no era comprensible ni estaba redactada de forma clara, lo que impedía que el alumnado pudiera afrontarla con garantías. «Si se pretende evaluar la comprensión lectora, lo primero que se necesita es una pregunta comprensible, y no era el caso», afirma.
Además, Fernández Maseda subraya que la formulación exigía conocimientos y un nivel de abstracción que no se ajustan al currículo de segundo de bachillerato. «No puedes pedirles que razonen sobre algo que no se ha enseñado directamente, ni se puede exigir al alumnado lo que no se nos exige a nosotros como profesorado en los criterios oficiales», sostiene.
Pero la polémica no se limita a esa primera cuestión. Según la profesora, el resto del examen también presentaba obstáculos añadidos. En las preguntas por bloques —una obligatoria y dos optativas—, el diseño forzaba en muchos casos a responder sobre contenidos no expresamente incluidos en el temario, como fórmulas de aminoácidos o la estructura concreta de la clorofila. «Se puede intuir por las imágenes, sí, pero eso requiere una capacidad de deducción que no todos tienen, y que no se puede exigir en una prueba de este tipo», apunta.
La gravedad de esta situación se acentúa al considerar el peso de la materia en el acceso a estudios muy demandados. «Biología representa un 20 % de la nota, y el alumnado gallego compite con otros de comunidades donde los exámenes han sido mucho más accesibles. En carreras como Medicina, Odontología o Fisioterapia, esto puede marcar la diferencia entre entrar o no», recuerda Fernández Maseda.
El malestar también ha sido visible entre el propio alumnado. En el IES Cosme López, centro que acoge las pruebas de la PAU en la comarca de Valdeorras y Quiroga, varios estudiantes abandonaron el aula visiblemente afectados. «Las mías se lo tomaron más o menos bien, pero había chicos que salieron llorando. Estaban muy preparados y sintieron que no se les había permitido demostrarlo», relata la profesora.
Fernández Maseda concluye con una reflexión sobre el agravio comparativo que, asegura, también se da en lo material: el examen de Biología se entrega siempre en blanco y negro, a pesar de que contiene numerosas imágenes, mientras que otros, como el de Geografía, se imprimen en color. «Puede parecer un detalle menor, pero no lo es. Una imagen en color facilita mucho la comprensión. Y en una prueba donde se juegan tanto, todos los detalles cuentan», afirma.
Mientras tanto, el profesorado espera que las reclamaciones presentadas sirvan para que la situación no vuelva a repetirse. «Aunque ya no se pueda cambiar lo que ha pasado, al menos que se escuche al profesorado y se valore el esfuerzo del alumnado, que se ha preparado durante todo el curso para un examen que no fue justo».