El escudo de Vilamartín fue derribado accidentalmente por una furgoneta

Había sido colocado hace 10 años en sustitución de un busto del ministro franquista Tomás Allende y el Concello busca fórmulas para la reposición

Una furgoneta derribó por accidente el escudo de granito de Vilamartín que presidía el cruce de la calle Ministro Allende con la travesía Miguel de Cervantes. Ocurrió hace unos días y fue reducido a añicos debido al impacto del vehículo.

El alcalde, Enrique Álvarez Barreiro, señala que el Concello evalúa fórmulas para proceder a su restauración o bien la reposición de otra pieza nueva.



«Tenemos que localizar al canteiro que lo realizó y ver si es posible restaurarlo. Fue colocado hace ya 10 años y nosotros no estábamos en el gobierno local, no conocemos al profesional que lo hizo», expresa. De este modo, el Concello de Vilamartín indaga y busca ahora fórmulas que permitan devolverlo a su estado.

La calle queda «desnuda» sin su escudo

«Buceando» en la memoria local de Vilamartín, la hemeroteca «habla». El escudo de Vilamartín fue instalado en septiembre de 2009, en sustitución de un busto en bronce del ministro franquista Tomás Allende y García Báxter —que había presidido durante largos años dicho espacio urbano en tiempos del mandato de Manuel Candal en agradecimiento a las inversiones en el municipio — .

En aquél momento, dicho busto era «diana» constante de pintura roja arrojada por manos anónimas para rechazar dicho símbolo de la dictadura, que caía por decisión de la entonces alcaldesa María Jesusa Candal. En esa fecha, era teniente de alcalde el que hoy es el portavoz «popular» de la oposición, José Pinto.

Fragmentos y bloques del escudo de Vilamartín

El escudo de granito había sido confeccionado por la empresa Canteira Larouco, la misma que hizo la fuente de la plaza. Su instalación y la correspondiente retirada del busto franquista fue muy bien recibida por todos los grupos municipales de aquél entonces.

Vilamartín busca ahora cómo recomponer los fragmentos de la escultura ahora esparcida por el suelo. La localidad se queda «desnuda» sin su escudo.

Texto y fotografía: Susana Prieto