jueves. 18.04.2024

Vocación buscada

«Cuando tenga la nota, decidiré». No antes, no durante una clase de matemáticas en la que encuentro la inspiración, no en una lección de ciencia donde descubro una vocación, no mientras estudio a los filósofos de la era contemporánea, o a medida que escribo un texto... Dejaré que sea una calificación la que decida por mí, la que escoja mi futuro, la que guíe mis pasos el resto de mi vida profesional, cerrando la puerta a la realización personal.

Me perderé la emoción de aprender en el campo del saber preferido, las sensaciones de disfrute cuando se domina una materia. No conoceré las inquietudes de quien quiere ser el mejor para disfrutar más si cabe de la experiencia de haber elegido lo que me gusta, luchando por ello, y conseguido después. Porque no estaré siquiera en la lucha, no pelearé, obtendré una calificación mala o buena, da igual, y a partir de ahí construiré el siguiente paso en cimientos de cobardía ante un posible fracaso.

No puede ser. Es imposible. Ninguna persona en el mundo no se conoce a sí misma, no sabe con lo que disfruta más, lo que le disgusta o con lo que no quiere tener nada que ver. Por eso, ninguna persona en el mundo debería dejar que la selectividad o EBAU decidiese por ella, antes de entrar a la prueba.

Es importante, para ti, como individuo, que elijas una opción, la que más te llene, y decidas pelear por ella. Estudia, ponte nervioso, será síntoma de responsabilidad, y una vez boli en mano, serénate y redacta, escribe todo lo que sabes, que es mucho, y hazlo de 13. Si finalmente sale de 7, habrás de saber que has hecho lo más importante, luchar por una vocación, que es lo que nos hace grandes. Y ahora vendrá una lección de vida, la que te enseña a superar lo que ahora crees que es un bache y de lo que aprenderás más que en los libros. A lidiar con una frustración cuya superación te hará crecer.

Porque a ti, que lo tienes claro, que has elegido tu opción y peleas por ella, quizás de esto no te habían hablado. No te habían dicho que cabe el fracaso, o lo que tú consideras ahora que es fracaso. No contabas con ello y ahí lo tienes, por injusto que se presente. A tus 18 tendrás que agarrarlo con fuerza y recomponerte, levantarte para luchar de nuevo. Sin hundirte, porque la EBAU será la primera prueba de tantas en tu vida, que cuando mires hacia atrás, desde tu altura, se verá allí a lo lejos, pequeñita.

Sé positivo, únete al «maloserá», e intenta dar lo mejor de ti mismo. Huye de los que todo lo temen, de la falta de autoestima, del miedo escénico. Si los conocimientos están en tu cabeza, nada tiene porqué fallar.

Vocación buscada