jueves. 28.03.2024

Volvimos a vestir de blanco

A la puerta del pabellón, muchas volvían a ser viejas caras conocidas. Al hombro, pesaba de nuevo la mochila cargada con aquel traje blanco, rescatado del fondo del armario, al que tantas horas obligamos a entrenar y competir. Y de pronto, estábamos vistiéndolo de nuevo, ajustando la chaqueta, colocando el cinto, compartiendo esa sensación única de pisar de nuevo la pista de competición. Sentirse de nuevo uno más, aunque fuese sin pisar el tatami.

Volvimos a vestir de blanco, por el sensei José Puente, en su primer memorial tras su fallecimiento hace algo más de un año. La pérdida de un gran maestro y amigo nos hizo, a los que fuimos sus alumnos, reaccionar de la misma forma, por él y por su eterno compañero, Nicolás Rodríguez. Para el que Jose era un hermano y para el que cada día, desde su falta, se le ha hecho tremendamente difícil seguir adelante sin escuchar su peculiar sorna en cada entrenamiento.

Volvimos a vestir de blanco, y de cinto negro, ese que lleva la kata de Nico y el kumite de Jose, que conseguimos gracias a la mágica combinación de ambos senseis. Porque en nuestro kárate, éramos de Nico y de Jose, porque uno no era sin el otro. Por eso ayer costó tanto hablar a través de un micrófono y al maestro Nicolás se le quebró la voz. Porque ayer, la familia del kárate se reunía, para decirle a Jose que le echamos de menos.

Vestí de blanco y sin querer, le busqué de niña entre los jueces sentados alrededor de cada tatami. Y no le encontré, porque ayer estaba en cada uno de nosotros. Estaba en cada recuerdo evocado por las fotografías del vídeo homenaje confeccionado para la ocasión. Estaba en las lágrimas de su mujer y de su madre, que recibían una placa en su recuerdo; en sus hermanos, para quienes Jose siempre fue un ejemplo a seguir. Estaba en el saludo de los jueces, en el de los competidores, en cada trofeo levantado en su honor. Estaba y estará siempre en nuestra memoria, cada vez que vistamos de blanco.

Raquel Cruz

Volvimos a vestir de blanco