Los juguetes que alegraban el pasado y desaparecen en el presente
Me gustaría comenzar con una pregunta, ¿por qué no conozco la mayoría de juegos con los que se entretenían mis padres? Es cierto que ellos siempre me han contado cuáles eran sus favoritos, pero la vida ha sido muy distinta. Y cabe señalar que ahora aún es más diferentes para las generaciones que están comenzando a crecer.
Jugar. Interaccionar con otros niños de edad similar. Dos cosas que a día de hoy se hace a través de una pantalla. Porque sí, descargar alguna app de entretenimiento en el móvil es más sencillo que ir a timbrar a la casa de tu amigo. Es más sencillo que moverte para ir a un parque o para tomar algo sin ningún tipo de dispositivo encima de la mesa.
Aún recuerdo esos buenos tiempos de bromas con los amigos, de llamar por el teléfono fijo para saber si había alguien en la casa de mi amigo o de ir a correr y macharnos hasta tal punto que casi ni se nos reconocía. ¿Dónde están esos buenos tiempos?
Ahora los niños ya no juegan, ya no se llenan de suciedad. Los adolescentes ya no salen a correr por las calles. Lo máximo que pueden llegar a hacer es quedarse en una terraza de un bar con el móvil sin mediar palabra unos con los otros.
¿Por qué ahora no somos críticos? Educar de manera diferente, mostrar las cosas sencillas que teníamos antes y con las que éramos felices. Hay que saber cómo ser, cómo estar y, sobre todo, como disfrutar sin necesidad de tenerlo todo.