«Ahora ya no estamos tan unidos como antes»
Reflexionar, recordar o darse cuenta de las cosas que han cambiado, no está mal. Y hay que ser sinceros y sinceras, la sociedad ha cambiado, no se sabe si para bien o para mal. Lo que está claro es que a día de hoy tener unión con un vecino o vecina, con alguien de tu misma zona, ya no es algo tan común.
Piensa algo, ¿conoces a todos los vecinos de tu piso? Y, en el caso de que vivas en una casa, ¿a cuántos vecinos has ayudado o tomado un café en los últimos meses?
No hace demasiados años, las personas que vivían en la misma zona se saludaban y ayudaban en momentos importantes. Pero ahora, el individualismo se ha apoderado por completo de nuestras vidas. Pensar en uno mismo, es mucho más fácil que estar pendiente de lo que sucede de las personas de tu alrededor, esa es la verdad.
Pero, esta soledad o desconfianza del resto de gente, ¿vale la pena? No poder dejar las llaves de tu casa a ninguno de tus vecinos —en la mayoría de los casos, no podemos generalizar—, o no poder dejar a tus hijos o hijas solos por la calle por temor a que les pase algo. Toda la sociedad que estamos construyendo, esta nueva realidad, ¿es en lo que realmente queremos vivir?
Hace no tantos años, los niños y niñas se criaban en las calles, se iba a la casa de cualquier vecino, a por un vaso de agua o un poco de comida. Esa convivencia que se tenía, ayudar en cualquier cosa que se necesitara, era algo de lo más normal y lo más común.
Ahora nuestra comunidad está en las redes sociales, normalmente, para proporcionar insultos o, también está la otra versión, para intentar imitar la vida perfecta que tienen esas personas.
Hay que reflexionar y, si puede ser, hacerlo de una manera crítica de lo que estamos haciendo. Sobre todo, saber si esto es lo que queremos para el futuro del mundo, para las próximas generaciones.