viernes. 29.03.2024

!Que bonito es viajar en tren!

A veces las mejores historias ocurren cuando menos te lo esperas y debido a los problemas ferroviarios

Hace unos días, decidí viajar a A Coruña, y por una vez en bastantes años dejando el coche en el garaje para darle una enésima y última oportunidad al sistema ferroviario.

La ida fue perfecta, el tren salio a su hora de O Barco y hasta llegó con un par de minutos de adelanto a la Estación de A Coruña.

En cambio la vuelta fue otro cantar, el tren, en este caso tren-hotel, salió a su hora, pero según nos íbamos acercando a Sarria, una de las primeras donde paraba el notaba cierto retraso con la hora prevista según Renfe, así era, ya llevábamos unos 10 minutos de retraso, no me importaba, iba cómodo en esas butacas "gran confort" recibiendo los obsequios de la compañía ferroviaria que abarcan desde agua pasando por auriculares hasta el kit completo para los que tienen que pasar toda la noche en los asientos hasta llegar a destino.



En Lugo dejé de ir solo y a mi lado se sentó una chica con destino a Barcelona que a los 10 minutos de trayecto ya iba totalmente dormida, por lo cual mi aburrimiento iba creciendo, y aún quedaban 2 horas de viaje sin contar los posibles retrasos.

Una hora de espera en Monforte

Todo cambió al llegar a la Estación de Monforte de Lemos, ahí sabiendo que nadie nos quitaba unos 15 minutos de espera para engancharnos al tren de Vigo para continuar la marcha hacia destino decidí salir a tomar el aire. En la puerta había 3 personas, una chica joven, una señora y un señor, por lo cual fui junto a ellos a ver si me daban conversación tras casi 3 horas de viaje sin hablar con nadie.

Así fue, poco a poco comenzamos a hablar de la vida, Patri, Sole, Rafa y yo, y al poco rato se unió Fer, que no hablaba mucho, pero si escuchaba. Durante la hora que tuvimos que esperar en la estación monfortina, debido al retraso en la llegada del tren de Vigo, hablamos prácticamente de todo, era curioso, 4 generaciones distintas en apenas 2 metros cuadrados.

Muchas diferencias y a la vez coincidencias durante esa hora de conversación en la puerta que dividía los vagones 11 y 12 del tren, momentos de nuestra vida, política, amor, y como no, el porque habíamos llegado a ese tren y a donde íbamos, no había mucha variedad, Barcelona y Zaragoza eran los 2 destinos principales, aunque lo más curioso era que Patri había vivido en O Barco. Tan bien nos llevamos que el camino hasta O Barco, mi parada, lo hicimos en la cafetería del tren tomándonos unos cafés, además, previamente Sole me había invitado a ir con ellos en el vagón 12, el mío era el 11, al saber que no iba en el mismo compartimento.

Una vez llegamos Valdeorras, más concretamente a la Estación de A Rúa, decidí ir a recoger mis bártulos a mi asiento, el 4C del vagón 11, poniendo fin a algo más de dos horas de conversaciones con una gente más que agradable, el tren llevaba algo más de una hora de retraso, pero como le dije yo a la revisora del tren: "no pasa nada, valió la pena" es curioso, como la decisión de ir a tomar el aire me ayudó a conocer a gente tan maravillosa, quizás por cosas así valga la pena viajar en tren.

Texto: Alejandro Lorenzo.

!Que bonito es viajar en tren!