Puerto Rico «camina entre viñedos» siguiendo la estela del Camiño de Inverno
Valdeorras se refuerza cada día como destino turístico. Los viñedos y el vino, la naturaleza, la cultura y la riqueza paisajística son un valor seguro para recibir a los visitantes que se acercan a la comarca buscando un destino singular.
Un grupo de 15 personas portorriqueños procedentes de la zona Oeste de la isla —Añasco o Cabo Rojo—, del centro y también de Texas (Estados Unidos) están conociendo la comarca siguiendo el Camiño de Inverno, pero sin adentrarse en él.
Lito uno de los guías que acompaña a los caminantes nos cuenta que, aunque se inspiran en el camino, solo lo tienen de referencia para conocer los municipios por los que pasa y hacer en ellos rutas alternativas.
Así, en este primer día por Valdeorras, han recorrido la Senda del Río Farelos, se han adentrado en Portela y Córgomo y han visitado una de las cuevas de Arcos.
El Castillo de Arnado, el caminar por la zona de bodegas y cuevas de Penouta o atravesar la pasarela que une este pueblo de Vilamartín con la zona de O Bañadoiro fue otro de los recorridos que maravilló a los portorriqueños.
Aquí fue, precisamente, donde fueron recibidos por Enrique Álvarez, alcalde de la localidad valdeorresa. «Estaba dándole la bienvenida al grupo, que parece una gente estupenda y con muchas ganas de disfrutar de la comarca y, en este caso, de nuestro ayuntamiento», contaba el alcalde a nuestra llegada. También apuntó que le gustaría que conociesen las cuevas de su municipio, pero debido al poco tiempo que disponían no fue posible.
Una vez abandonaron Vilamartín, no sin antes mostrar el respeto al alcalde con el saludo peregrino que les había enseñado minutos antes —mano en el pecho y una ligera inclinación de cabeza—, se dirigieron a A Rúa para visitar la bodega Alán de Val donde realizaron una parada para reponer fuerzas.
Joaquín Sánchez les mostró la bodega y les explicó el proceso de elaboración del vino, desde la vendimia, que se estaba realizando en ese momento hasta el embotellado, pasando por la zona de depósitos y la de barricas.
La anécdota vino cuando Sánchez les mostró unos vinos que estaban siendo empaquetados para viajar a Puerto Rico a la distribuidora Mil Caminos. Fue entonces cuando uno de los visitantes comentó que se llamaba así porque su propietario había quedado prendado del Camino a Santiago.
Entre agradecimientos abandonamos el lugar de Pedrazais, una atalaya donde está ubicada la bodega y desde la cual se contempla todo el valle del Sil a su paso por A Rúa, con el embalse de San Martiño al fondo.
Camino de Santiago entre viñedos
La ruta realizada por este grupo de portorriqueños está ideada por Turigrino, una agencia de viajes de la vecina localidad de Quiroga que ofrece «las mejores experiencias para viajar al Camino de Santiago sin preocupaciones».
Fani, la guía del grupo, cuenta: «Hacemos todo tipo de caminos, pero el Camino de Invierno, que es el gran desconocido, pasa por Quiroga, somos de Quiroga y de toda esta zona». «Me da igual Quiroga, O Barco, Vilamartín, A Rúa, Toda la zona es querida por nosotros. Mi hermano Carlos decidió retomar el camino de invierno y lo bautizó como el camino entre viñedos. Este es el camino de invierno que hacemos».
Las personas que eligen este paquete caminan durante siete días en cómodas etapas de 15 km los últimos 101 kilómetros para llegar a Santiago y poder obtener la Compostela.
El vino y los paisajes que dibuja son los protagonistas. Se visitan 5 bodegas de las denominaciones de origen Bierzo, Ribeira Sacra y Valdeorras. La elección de esta fecha no ha sido al azar, ya que según nos dice Fani: «Alternamos tramos con bodegas y procuramos que sea en septiembre porque es la época de la vendimia».
El punto de partida es Ponferrada con la visita al castillo templario para luego dirigirse a las Medulas y contemplar los restos rojizos de la explotación minera romana de donde se extraía oro.
Una vez el grupo abandona El Bierzo, se adentra en Galicia por Valdeorras para conocer los lugares antes descritos y avanza por Terras de Quiroga, para llegar a Santiago tras completar las etapas.
El destino final es Finisterre, ya que «es un rito para todos los que visitan Galicia, pero además ofrece una serie de sorpresas paisajísticas y monumentales».