El fuego avanza: San Vicente con las llamas a las puertas, Cernego evacuado y Vilamartín amenazado
El peor de los presagios se ha cumplido. A primera hora de la tarde los vecinos de Cernego, en Vilamartín de Valdeorras, tuvieron que ser evacuados por la cercanía de las llamas, que también están ya en el núcleo de San Vicente y se acercan rápida y peligrosamente a Vilamartín. La situación cambia por momentos y mantiene en vilo a toda la comarca, sobre todo por la falta de medios, debido a la cantidad de incendios que asolan la provincia.
Con las llamas prácticamente encima de las casas, son los bomberos del conello y tractores, motobombas y vecinos con lo poco que tienen quienes intentan contener el avance del fuego, denuncian.
Pocas horas antes de la evacuación, la teniente de alcalde de Vilamartín, Sherezade Núñez, reconocía que vivían una situación de «total incertidumbre». Explicaba que las condiciones meteorológicas jugaban un papel clave: «Ahora mismo el viento nos está siendo favorable porque sopla hacia el monte, pero sabemos que en cuestión de horas puede cambiar y volverse en contra. Si eso sucede, tendremos que evacuar más pueblos».
Núñez hacía un llamamiento a la calma y pedía responsabilidad a los vecinos: «Necesitamos que la gente no difunda rumores, porque solo generan psicosis y comportamientos erráticos. Tampoco deben salir a fotografiar los incendios, porque entorpecen el trabajo de los equipos». También incidía en el uso del agua: «Estamos detectando que en algunas zonas se está gastando de manera indiscriminada y eso provoca que falte presión en otras donde realmente se necesita, por ejemplo, para cargar las motobombas».
En paralelo, señalaba la importancia de la colaboración vecinal: «Pedimos que todos ayuden, que verifiquen dónde están las bocas de riego y que preparen mangueras, por si hay que utilizarlas. Contra el fuego poco podemos hacer, pero sí podemos estar al lado de los vecinos, dar apoyo, comida, mascarillas o café, que es lo que más necesitan ahora mismo».
La responsable municipal confirmaba también que durante la noche se acogió en un albergue a los vecinos de Cernego, ante el peligro que corría la aldea, y que por la mañana se les permitió subir a recoger algunas pertenencias. Sin embargo, advertía que la situación podía cambiar en cualquier momento: «Les pedimos de nuevo que bajaran, porque el viento puede girar en cuestión de minutos y ponérseles encima». Sus palabras se cumplieron a primeras horas de la tarde, cuando se ordenó la evacuación de la aldea.
En Larouco, las llamas se acercaron peligrosamente a las viviendas y finalmente una casa quedó calcinada. Vecinas del municipio recuerdan con angustia cómo pasaron la jornada del viernes: «Estuvimos en el Camino hacia A Piñera, había unas llamas enormes y la gente estaba allí esperando, por si llegaban a las casas. Era muy impresionante», relata una de ellas. Otra añade que la solidaridad fue clave: «En la medida de lo posible, llevábamos agua, comida… El fuego estaba muy cerca, la luz se iba y volvía, y por la noche seguimos viendo cómo los helicópteros trabajaban».
La magnitud del incendio ha obligado además a cortar la carretera N-120 a su paso por A Rúa, lo que complica aún más las comunicaciones en la comarca.
A las 18:30 horas aterrizaban en Viloira, en O Barco de Valdeorras, cuatro helicópteros con personal y material de la UME, que ya se han desplazado a A Rúa y Vilamartín para reforzar el operativo y ayudar a combatir las llamas.
Con San Vicente en alerta, Cernego desalojado, Larouco pendiente de rebrotes, la principal vía de la zona interrumpida y la UME desplegada en la comarca, Valdeorras encara otra tarde y otra noche de incertidumbre, con los medios aéreos y terrestres trabajando sin descanso para intentar frenar el avance del fuego.