jueves. 28.03.2024

«Había una forja que centralizaba muchos tipos de aleaciones, desde el cobre hasta el hierro de mucha calidad»

Las excavaciones continúan revelando interesantes resultados sobre el Castro de Valencia do Sil. El equipo de arqueólogos de Sputnik Labrego realizó trabajo de campo durante tres semanas del mes de mayo y ahora, los elementos recogidos están siendo analizados en diferentes laboratorios que comienzan a obtener respuestas a las diferentes hipótesis planteadas.

Las dataciones radiocarbónicas y el estudio que se está haciendo de los antiguos pólenes obtenidos en la Universidad de Cantabria han servido para reconstruir el paisaje que había en Valencia do Sil y llegar a la conclusión de que hubo dos fases de ocupación: «una fue en el cambio de Era, en el siglo I a.C., y otra más importante en los siglos IV y V d.C.», confiesa Carlos Tejerizo, director de la excavación. «Los análisis muestran un paisaje más denso en la primera época. Luego tenemos una vegetación de arbustos, planas de baja altura. Es interesante que de la primera era se localizaron pólenes de tejo, una especie desaparecida».



El otro material que está siendo analizado, en este caso en el Laboratorio de Burgos, son metales que resultaban del proceso de forja de herramientas. «Pensamos que había un centro de producción de metal, aunque no está localizado. Había una forja que centralizaba muchos tipos de aleaciones, desde el cobre hasta el hierro de mucha calidad, que se acerca al acero industrial que se usaba para las espadas romanas».

Ahora surgen nuevas preguntas ya que habrá que averiguar si esta forja servía para el castro o también comercializaba en el resto del territorio. «Era un lugar que tenía su importancia. Eso lo vemos en las impresionantes casas que estamos excavando. Con la que estamos ahora es inmensa y no hemos logrado encontrar los límites. Era gente muy poderosa y que posiblemente estaría relacionada con esa producción de metales».

Si desea escuchar la entrevista completa, pinche en el siguiente enlace:

El Castro de Valencia do Sil contaba un centro de producción de metal