El magosto de Biobra (Rubiá) reunió a 150 personas
Biobra volvió a llenarse de voces, risas y pasos que se acercaban desde primera hora de la tarde. En el corazón de la Sierra da Enciña da Lastra, los vecinos del lugar quisieron dar vida a su magosto y lo hicieron con una energía que se sintió en cada rincón de la nave donde celebraron la cita. El reloj marcó las ocho en punto cuando comenzó la velada, pero muchos llegaban ya antes, atraídos por el olor cálido de las castañas asándose y por la expectativa de una noche que prometía ser intensa y acogedora.
A pesar de ser un núcleo pequeño, Biobra consiguió reunir a 150 personas alrededor de las mesas preparadas para la ocasión. Allí esperaba un menú generoso, pensado para compartir sin prisas: empanada de bacalao, acelgas, bonito y carne; chorizos; bica, y por supuesto las castañas. Entre plato y plato, el vino y otras bebidas ayudaban a que la conversación fluyera con naturalidad.
Lo que comenzó como una convocatoria sencilla terminó convirtiéndose en una jornada capaz de reunir a varias generaciones bajo un mismo techo. La nave del pueblo, iluminada por luces cálidas y por el ir y venir de quienes servían, caminaban o simplemente disfrutaban, mantuvo su actividad hasta bien entrada la noche. Biobra, aunque pequeña, volvió a demostrar que cuando se propone algo, es capaz de llenar de vida su entorno.