La familia Núñez Prada volvió a Rubiá para celebrar el San Bartolo
Marino y Cándida tuvieron 8 hijos, fue un matrimonio longevo. El último en fallecer fue él, cuando pasaba de los noventa y tantos, fue entonces la familia decidió que había que reunirse por lo menos una vez al año y pusieron fecha y lugar, la fiesta de San Bartolo en Rubiá.
De aquello ya pasaron once años, tras los cuales no faltan a la cita, ninguno de los descendientes de la pareja, hijos, nietos, bisnietos. Desde Carballo, Coruña, Bayona, Barcelona y por supuesto de O Barco y Rubiá.
Nos cuenta José Luis, hijo de Laura que esta reunión es «para vernos todos, saludarnos, contarnos las penas y las alegrías y quedar para el año siguiente». Ocho hijos, todos vivos, 17 nietos y 9 bisnietos que junto a los «allegados» suman 64, toda una celebración con mayúsculas.
Además de la comida, bailan, cantan y hasta juegan un partido de fútbol, la típica de solteros contra casados. En todo caso, un día para celebrar con la familia que es una de las cosas más emotivas que existe.