Margo Pool: «Estoy feliz de que por fin todo vaya a terminar»
Continúa estos días el juicio en el que se espera se esclarezca qué ocurrió realmente con el holandés Martin Albert Verfondern, tras su desaparición a comienzos de 2010 y la posterior aparición de su Chevrolet calcinado cuatro años más tarde, el 17 de junio del 2014. Tras tres días de búsqueda, aparecían a escasos 95 metros del lugar, los huesos pertenecientes al cadáver del vecino de Santoalla, Petín.
Él sabía, o al menos tenía serias sospechas, de que algo podía pasarle y finalmente así fue. A pesar de ello, para su esposa Margo Pool, su marido no se llevaba mal con el principal acusado de asesinato, Juan Carlos Rodríguez González, ni con su hermano Julio, acusado a su vez de encubrimiento del crimen.
Verfondern sí estaba preocupado por el devenir de una relación con la otra familia que habitaba la montaña de Santoalla, lugar al que él y su mujer habían llegado en 1997 para vivir un sueño en plena naturaleza. Esa preocupación le había llevado a escribir cartas detallándolo todo, que la viuda entrega ayer al juez, en la segunda sesión del juicio con jurado popular que se sigue contra los dos hermanos. Así lo argumentaba el equipo de la Guardia Civil que investigó su muerte violenta el 19 de enero de 2010.
El fiscal Miguel Ruiz sostiene que Juan Carlos disparó a Martin cuando éste se disponía a entrar en el pueblo, y su hermano, posteriormente, le ayudaría a ocultar el cadáver. Su participación como encubridor le eximiría de la pena de prisión y hasta de la responsabilidad civil. No obstante, también plantea una segunda opción, según la cual Julio tomó parte activa en la muerte.
La viuda de Martín, Margo Pool, sigue viviendo a día de hoy en Santoalla, Petín, a sus 64 años. A pesar de todo afirma que «seguiré viviendo en Santoalla» ahora como única vecina del lugar desde que los padres de estos dos hermanos murieran y el hermano del acusado no tenga permitido pisar la aldea y el acusado esté en prisión provisional. Después de tantos años sin saber qué le pasó a su marido, «está feliz de que todo esté a punto de terminar».
Imagen: Margo Pool con la guardia civil, fotografía proveniente de la película documental «Santoalla»