Marta: «Yo esto no lo cambio por nada. Es un paraíso total»
Marta nació en Madrid y vivió allí hasta hace muy poquito que se vino a As Ermitas. La casualidad o la causalidad, a saber, hizo se la reclamasen en la tierra natal de sus padres para cuidar a un familiar y desde entonces se ha mudado a este «paraíso», como ella lo define.
«Un cambio de aires y sobre todo criar a mis hijos, en un ambiente más sano, más tranquilo», asegura Marta. No le importa tener que coger el coche para ir a la compra, llevar los niños al médico o al colegio. «Soy feliz y no necesito tener nada al lado para vivir».
«Surgió un amor por la naturaleza. Aquí tienes de todo, eres rico. No cambio esto por nada. Es Un paraíso total», son algunas frases que recogemos de la conversación que hemos mantenido con Marta mientras se le iluminaba la mirada y esa felicidad se reflejaba en una sutil sonrisa.
Tiene un niño y una niña y asegura que son los «niños del pueblo». Su pareja y ella son los más jóvenes de As Ermitas lo que les aporta un plus ante sus vecinos. «Estoy encantada, los vecinos me tratan súper bien, siempre se preocupan de nuestro bienestar y los niños son aquí felices».
Es un paraíso total
Descubrí la historia de Marta cuando me acerqué a un puesto que vi frente de la iglesia, en el que se vendían almendrados. De repente me trasladé 40 años atrás y recordé la caminata al santuario allá por octubre, el mes del Rosario. Cuando llegábamos a las puertas del santuario, unos almendrados antes de entrar al templo hacían recuperar las fuerzas perdidas tras esos 22 kilómetros de subidas y bajadas. Allí estaban, los almendrados de As Ermitas, con su oblea por debajo y en frente una mujer con una bonita historia por contar.
Marta además de vender almendrados hechos por ella misma, también tenía refrescos (la calurosa tarde lo requería), jabones también realizados con sus manos, miel de sus abejas, aceite de las fincas que atiende y hasta aguardiente de romero que crece en todas las esquinas de As Ermitas.
Una receta de la abuela y, secreta
«Hay que cuidar los árboles, recoger las almendras, romperlas, quitarles la piel, molerlas y luego hacer los dulces», nos contaba Marta al hablar de los almendrados. No conseguimos que nos diera la receta, quedó a buen recaudo ya que es un secreto que le confió su abuela y que piensa trasmitir a sus hijos.
De momento sólo los pone a la venta el Jueves y Viernes Santo. La elaboración de este dulce típico de As Ermitas es laborioso y con dos niños pequeños no le queda mucho tiempo, pero en un futuro no muy lejano piensa hacerlos todo el año, eso sí, por encargo.
Esta Semana Santa hizo 8 kilos de almendra y en almendrados «dos ollas grandes de la matanza».
Jabón, miel y aceite
Además de almendrados Marta también realiza cosmética natural y tiene miel, aceite o aguardiente de romero de elaboración casera. Los jabones están en tiendas especializadas y en redes y los lleva a donde haga falta. Ecoermis es la marca.
Os dejamos el vídeo de la conversación con Marta: