La capilla es la única que permanece vacía y sin imágenes religiosas a raíz del desprendimiento de 1909, que se la destruyó
El Vía Crucis de As Ermitas es prácticamente único. Es barroco, consta de 15 capillas y 57 tallas religiosas. Se construyeron en el siglo XVIII. Sólo hay dos más similares en Europa, el de Bon Xesús de Braga y el de San Carlos Borromeo de Milán. Sus cuatro primeras capillas o «estaciones» están en el Atrio del Santuario y el resto se reparten por una calle del pueblo y el denominado Camino del Desierto. Todas y cada una de ellas, a excepción de la quinta, guardan las imágenes religiosas de las distintas escenas de la Pasión de Cristo —«Jesús condenado a muerte», «Jesús carga con la Cruz», «Jesús cae por primera vez», «Jesús encuentra a su madre», etc. —
La quinta —«Cirene ayuda a Jesús a llevar la cruz» — permanece vacía debido al desprendimiento que hubo el 22 de diciembre de 1909, que se llevó por delante la capilla, las imágenes que albergaba, 27 casas, un “cruceiro” —ahora repuesto— y la vida de 36 personas. El teniente de alcalde de O Bolo, José Vega, recuerda que la capilla se volvió a reconstruir, pero las tallas de su interior, no. De ahí que, ahora, en este momento, se ha solicitado a Patrimonio la autorización para que pueda volver reconstruirse.
«Patrimonio tiene que dar permiso y, después, decir en qué material hay que ejecutar la reproducción, si en madera, en escayola o en otro material», aclara. Las tallas actuales son de madera.
El proyecto sería recuperar esta quinta estación para cubrir el vacío que hoy ofrece esta capilla. «Es importante para As Ermitas recuperar esta estación. Confiamos en que Patrimonio atienda la petición y pueda recobrar este elemento fundamental del Vía Crucis», concluyó José Vega.
Precisamente, el pasado Viernes Santo se desarrolló el Vía Crucis con las correspondientes paradas en todas sus «estaciones».