Saavedra, testigo de una parte de la historia de la medicina valdeorresa

Orlando Saavedra, médico chileno residente en Valdeorras fue uno de los impulsores del Hospital Comarcal de Valdeorras con importantes historias que supusieron un avance para la historia médica de la comarca.

SOMOSCOMARCA: ¿Cómo fue poner en marcha el hospital?

ORLANDO SAAVEDRA: La verdad que para la gente que vivimos esa época si vivimos historias personales y colectivas. Fue un hito tanto para nosotros como para los vecinos de la comarca. Fue una época muy bonita. Hablamos del año 1984. El hospital estaba construido de 1976 estaba abierta una urgencias, maternidad estaba funcionando más o menos. A partir del 84 se abre el hospital con especialidades básicas, se hacen intervenciones quirúrgicas y empieza el hospital a crecer.

SC: ¿Cuáles son los recuerdos que tienen de esa época?

OS: Son muchos. La verdad es que lo más importante fue el crecimiento rápido del hospital. De empezar con muy pocos recursos y pelear para que los recursos económicos fueran lo suficientes para que el hospital pudiera funcionar. Estuve seis años hasta el 1990 cuando se hicieron las transferencias y ya se entregó un hospital maduro. Hay anécdotas personales, como cuando hicimos la primera intervención. _Yo ya era un cirujano avezado y operamos a un niño de apendicitis. Le dijimos:  eres la primera operación que hacemos en este hospital. La madre y el niño lloraban porque pensaron que era la primera operación que hacíamos nosotros, no en el hospital

SC: ¿Uno de los casos que os supuso más trabajo en equipo?

OS: En Vila de Quinta, fue un caso de epidemiología. Y lo descubrimos con el trabajo colectivo. La amibiasis no es una enfermedad que se de en España. La ameba se contrae por aguas contaminadas, las personas pueden sufrir la enfermedad o ser portadores. Vino una persona portadora a Vila de Quinta y sus excrementos contaminaron la fuente de agua. Y enfermó mucha gente. Con el primer paciente que le intervenimos le reventó un quiste en el hígado. Lo extraordinario era que la climatología había permitido que la ameba viviera en la fuente de agua, debido al calor de aquel verano. Después con el frio desaparecieron porque son parásitos de zonas tropicales.

Lo que hicimos fue seguir un método epidemiológico de estudio, lo seguimos y estaba claro el origen cuando todos los pacientes son del mismo lugar. Fuimos allí y nos dimos cuenta de que nadie había salido fuera. Era extraña porque no había ningún antecedente de foco contaminante. Hicimos un historial familiar y personal hasta llegar a una persona que había llegado hacía poco de un país latinoamericano

SC: Hace un año, se hizo famoso el caso de una implantación

OS: Fue una reimplantación de una mano amputada. También fue una historia colectiva. Participo mucha gente para poder sacar adelante este hecho. Era la segunda mano que se reinsertaba en España y fue un hito que se hiciera en un hospital comarcal. El paciente no quería perder la mano y con todas las dificultades de aquel momento, pero con mucha voluntad logramos que la conservara.

La mano quedo unida por el nervio mediano. Decidimos, en el momento, hacerlo y nos pusimos a la tarea. Fueron 14 horas de trabajo y exitoso. La posibilidad de trasladarlo era imposible. No había hospitales de referencia. Hoy en día hay hospitales de referencia que se dedican a reimplantes con procedimientos más avanzados. En aquel tiempo o se amputaba o se intentaba.

SC: ¿Cómo tenían esos conocimientos?

OS: En la época que me corresponde de mi vida profesional, la cirugía no se dividía en tantas especialidades. Estaban surgiendo. Yo hice cirugía general general y hacías todo menos cardiaca aunque si interveníamos urgencias. Yo personalmente, siempre tuve habilidad para ello. En Ourense el tema bascular, junto con otro cirujano, lo hacía yo, A los enfermos que se iban a dializar yo hacía la fistula arteriovenosa que es unir una arteria y una vena a nivel del brazo. Para eso se requiera una práctica. Por lo tanto el manejo de los vasos, que es muy importante para que la sangre circule en la extremidad amputada porque si no muere esa parte. Esa habilidad y esa técnica me permitieron pensar que podíamos hacerlo. Además, Hassan Homaini, un buen traumatólogo, le toco la parte ósea y resolver la falta de estructura ósea que pudiera haber. No era un corte limpio ya que le cayó encima una pala de una Caterpillar. Nos inventamos, había hecho cirugía plástica para quemados y había utilizado el movimiento de colgados por lo que se me ocurrió que si metíamos el manto debajo de la barriga íbamos a aumentar la circulación. Le hicimos un puente subcutáneo y eso, todo lo que ideamos, dio los resultados adecuados. Muy satisfactorio. Son cosas que dan la experiencia, conocimiento y la toma de decisiones. La cirugía de urgencias es así, esta protocolizado pero hay decisiones urgentes que hay que tomar. No había tampoco tanta prótesis, teníamos que utilizar los tejidos que tenías.

Un pequeño apartado de la historia de la medicina en Valdeorras.