Pienso, agua y corazón: voluntarios rescatan la vida salvaje tras el fuego
La iniciativa nació a partir de una llamada de Lorena, una joven ourensana actualmente residente en Valencia y vinculada a la Central Unitaria de Traballadoras (CUT). A través de ella, se creó una red de grupos de WhatsApp organizados por zonas, con el fin de coordinar la ayuda de manera efectiva. Desde Monforte y Quiroga, una de las voluntarias asumió la tarea de estructurar la logística local.
«Esta semana hemos estado ayudando a apagar incendios y acompañar a los bomberos en tareas logísticas. También estuvimos apoyando a los vecinos, tranquilizándolos», relata una de las coordinadoras. Una vez controladas las llamas en las zonas habitadas, surgió una nueva preocupación: los animales salvajes desplazados.
«El fuego ha destruido su hábitat y fuente de alimento. Muchos se han desplazado a las pocas zonas verdes que no ardieron, donde ahora hay escasez de comida y agua», explica. Por ello, decidieron organizar una jornada específica para distribuir bebederos, frutas, verduras pasadas, pienso y otros alimentos a lo largo del monte, en puntos estratégicos donde los animales pudieran acceder sin peligro.
La acción se lleva a cabo con total respeto por las recomendaciones de los especialistas, evitando entrar en áreas aún sensibles o con presencia de profesionales trabajando. «No queremos molestar ni interferir; solo ayudar donde nos han dicho que podemos», aclaran.
Todo lo recolectado ha sido donado. Personas con fincas han ofrecido sus cosechas y otros han contribuido con dinero propio para comprar lo necesario. «Esto es completamente voluntario. Lo estamos haciendo con nuestros propios medios, sin ninguna ayuda institucional. Solo con solidaridad y ganas de ayudar», subraya una de las participantes.
Este movimiento espontáneo, que une a personas desconocidas por una causa común, refleja una vez más la fuerza del compromiso ciudadano cuando la naturaleza y la vida están en juego.