Leticia Santaballa: "Los campos de refugiados no garantizan los derechos de las personas"

Todos lo hemos visto en algún momento. Las imágenes de los campos de refugiados procedentes de Siria, con fronteras cerradas y sin poder acceder a una vida, a un techo ni mucho menos a los derechos humanos voceados y coreados tantas veces, pero a los que parece que algunos no tienen "derecho". Solo algunos de estos testigos o protagonistas consiguen salir y contar su historia.

La sede de Cruz Roja Valdeorras ha sido escenario del Café con Cooperantes en el que Ahmad Matar de 32 años y natural de Siria y la cooperante Leticia Santaballa contaron su experiencia en estos campos de refugiados y el viaje a Ahmad realizó desde su Siria natal hasta llegar a España. "Hay que desmontar muchos prejuicios", aseguran.

Ahmad procede del oeste de Raqqa, en Siria. Cuando el Daesh se hizo con la zona, "no es el Estado Islámico. Yo soy Islámico y no somos violentos", decidió viajar a Turquía donde trabajó como carpintero. Pero una vez finalizó ese trabajo ya no pudo volver a su país. “Estás fuera de la religión", le dijeron.  En Turquía se le unió su hermano, su cuñada y sus sobrinas y juntos decidieron luchar por un futuro mejor. El resto de su familia continúa en Siria. Así viajaron a Grecia con la intención de poder llegar a Alemania. Pero en Grecia fueron recibidos en los campos de refugiados donde estuvieron un mes en Salónica; cuatro en Atenas; en Idomeni pasó dos meses y medio antes de que lo cerraran. Las fronteras también estaban cerradas aunque ellos no lo sabían. Tampoco sabían qué ocurría cuando lo cerraron, y las miles de personas que en él vivían entraron en pánico.