Los feriantes regresan a las fiestas de Santa Rita
Tras dos años de ausencia las Fiestas de Santa Rita han llegado, por fin, a O Barco de Valdeorras. La capital de Concello celebrará durante estos días la vuelta a la «normalidad» tras la pandemia, con entusiasmo e ilusión.
No son pocas las familias que se han ido acercando hasta el recinto ferial donde se han colocado las atracciones. No es de extrañar. Durante dos años los más pequeños no han podido disfrutar de esta clase de diversión y algunos, «ni siquiera guardan recuerdo de ello».
«Estoy viendo una situación parecida a la que se vivía antes de la pandemia. Aunque la gente sigue siendo consciente de la presencia del virus», señala Carlos Meza, gerente de la cafetería Dock, que desde su establecimiento observa el tránsito de personas en los días previos al inicio de las fiestas.
Y es que por un lado, los vecinos están deseosos de volver a celebrar y compartir. Y, por otro, lo feriantes y puestos ambulantes que siguen a las fiestas comienzan a retomar las grandes citas de sus calendarios.
«Estos dos años han sido muy duros sin trabajar y con mucha familia detrás», explica Sofía Jaén, propietaria junto a su marido de varias atracciones infantiles. La pandemia les cogió con un miembro de la familia dado de alta en autónomos, el único que tuvo derecho a cese temporal.
Conscientes de que la situación es difícil para todos, Jaén pone sobre la mesa algunos de sus temores. «Estamos manteniendo los precios de antes, pero sí es verdad que los gastos han subido en todo y el beneficio es mucho más pequeño».
Sin embargo, y a pesar de la situación, se muestra entusiasta con la vuelta al trabajo. «Llevo veinte años casada y siempre hemos venido a las fiestas de Santa Rita, como ya lo hicieron mis suegros. Yo espero que podamos disfrutar todos y que las familias nos puedan echar una mano. Aunque soy consciente que la situación es mala para todos».
En la cara más amarga de la feria está Daniel Fuentes, al que la pandemia le cogió dado de baja de autónomo con su negocio de tómbola. «La suerte que tuve es que, aunque no tenga estudios, sí que tengo todos los carnets de conducir. Así que cambié temporalmente de sector», explica.
«Otros no tuvieron tanta suerte y cerraron sus atracciones por no poder hacer frente a los gastos o a los créditos que tenían pedidos», relata Fuentes. «Durante todo este tiempo no hemos tenido nada. Hemos estado parados literalmente».
Y hay ganas de fiesta. «Nosotros vivimos la feria, la llevamos en la sangre», asegura Daniel Fuentes. «Y creemos que la gente, aunque no estemos en la mejor situación económica, tiene muchas ganas de volver a la normalidad y de disfrutar. Porque todo esto nos ha afectado».
En la misma línea se manifiesta Carlos Meza que percibe esperanza en la gente. «Aunque estemos en una situación totalmente distinta a la de antes de la pandemia y sigamos tomando precauciones, la fiesta va a ser inolvidable. Porque hay muchas ganas de salir y de pasarlo bien».