viernes. 19.04.2024

Aurelio B. Trincado desvela la identidad de una vecina de O Castro a quien se dedica la misa Mayor del programa de las fiestas de 1925

El segundo domingo del mes de mayo se celebra en O Castro, O Barco, el Santo Cristo de la Misericordia o Santo Cristo de las Peliqueiras. Próximos a esa fecha, Aurelio Blanco Trincado, presidente del Instituto de Estudios Valdeorreses, ha querido unirse a la celebración, sacando a la luz la historia de Doña Gumersinda Rodríguez, natural del lugar, que de hecho aparecía en el programa de dichas fiestas de 1925.



«Aquel programa llegó a mis manos a través de un amigo; era simple pero con mucho contenido, tanto que de él podría hasta salir un libro», cuenta Trincado. Tres días dedicaba el programa a estas fiestas y, en el Día Mayor, la misa se dedicaba al alma de Doña Gumersinda Rodríguez. «Hasta ese momento fue desconocida para mí, pero empecé a investigar».



Blanco Trincado descubrió que la familia Llordén de O Barco eran sus descendientes, y consiguió que una de sus tataranietas, Araceli Llordén, le facilitarse el testamento de Doña Gumersinda. «Encontré un testamento de 32 páginas de la que no es despreciable ninguna», cuenta. Parece que Doña Gumersinda «quiso dejar sus bienes tan bien especificados para no dar lugar a un pleito».



Describe con tanto detalle lo que quiere, que Doña Gumersinda cuenta punto por punto, por ejemplo, el desarrollo de la que será su ceremonia fúnebre, «y el protocolo es llamativo», por ejemplo explica que «su cadáver ha de ser amortajado con las ropas negras y mantilla de su uso y colocado en un féretro cubierto de lana negra [...] velando el cadáver sus antiguos criados, Villarino y Eugenio Gayoso, dándole 5 pesetas por el servicio». También especifica que cuando se celebre el cabo de año, «se repartirá entre los pobres, seis tegas de centeno cocido y tres cántaros de vino».



Doña Gumersinda deja entrever en esas 32 páginas de testamento, su gran compasión. «Carecía de herederos, así que el heredero universal fue su marido; una vez fallecido éste, se ponen en marcha las estipulaciones que marca el testamento» cuenta Blanco Trincado. Y es en esta parte del testamento donde encontró la relación de esta mujer, con las fiestas de O Castro: «a la iglesia parroquial de O Castro regala una serie de fincas para que invierta el precio de esa finca en deuda pública, y los intereses que genere se entreguen al párroco para que en dicha iglesia se celebren a perpetuidad, en beneficio de su alma, una punción al santísimo sacramento en el siguiente día de la octava del corpus. Si el obispo no se avenga a facilitar estos recursos, se dedicarán a celebrar una funcion en la misma iglesia al bendito Cristo de las Peliqueiras en el primer domingo del mes de mayo».



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Doña Gumersinda de O Castro y el Cristo de las Peliqueiras