Adega O Cepado ofreció el primer mosto al Nazareno y Santa Rita en O Barco
La Adega O Cepado fue la encargada este año de realizar la tradicional ofrenda del primer mosto al Nazareno y a Santa Rita durante las fiestas grandes de O Barco de Valdeorras. El acto se celebró en el templo de Santa Rita con la ceremonia de la pisada de uvas, a cargo de Estefanía y Álex, que dieron paso al inicio simbólico de la nueva cosecha.
El párroco, Jesús Álvarez, llenó personalmente la jarra con el primer mosto y se la entregó a Diego Fernández, gerente de la bodega, para formalizar la ofrenda. En sus palabras, el sacerdote quiso destacar el valor colectivo de este gesto: «En el que pisamos son uvas de Rubiá, pero podrían ser de cualquier rincón de toda Valdeorras. Es el esfuerzo y el trabajo de tanta gente, de tantos emprendedores y de tantas empresas. O Cepado es una bodega familiar y es el empeño de una familia».
Álvarez también reivindicó el sentido de esta tradición y que las botellas de vino de la bodega así como el nombre esté presente en el acto, frente a las críticas: «No es hacer publicidad, es simplemente reconocer a una familia que se pasa un rato aquí con nosotros ¡Qué menos! A veces tenemos la piel muy fina; el cura tiene la piel dura y sabe responder».
El gerente de O Cepado, tras levantar la jarra de zumo de la uva recién pisada ante la fotografía antigua de Jesús Nazareno, donada por Aurelio Blanco Trincado; se dirigió hacia la imagen de Santa Rita en cuyos pies depositó el mosto, para luego dirigirse al atril desde donde procedió a la lectura de la ofrenda.
Por su parte, Diego Fernández leyó la ofrenda en nombre de la bodega: «Un año más cumplimos con la tradicional pisada y ofrenda del primer mosto de la cosecha. La vendimia ya se está realizando en nuestras viñas de Valdeorras. Es un trabajo duro, pero lo hemos vivido desde pequeños en nuestras casas. Somos una empresa familiar que lucha por buscarse un puesto en el mundo del vino».
El gerente de O Cepado también hizo un alegato en favor del territorio: «Creemos en nuestra tierra, a pesar de la terrible catástrofe de los incendios que nos han hecho tanto daño. Creemos en nuestros vinos, en nuestra oferta gastronómica y en el turismo enológico. Nuestro sector requiere iniciativas e inversiones privadas, pero también el apoyo de las administraciones».
El momento más emotivo llegó al finalizar la ceremonia, cuando, tras los aplausos de los asistentes, el párroco abrazó a Diego Fernández y le colgó en el cuello su propia medalla de la Cofradía del Nazareno como gesto de reconocimiento.