viernes. 19.04.2024

El pasado día 7 de enero veía por fin la luz la obra Historia de la Diócesis de Astorga, de manos de la editorial Biblioteca de Autores Cristianos (BAC). El historiador valdeorrés y miembro del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Isidro García Tato, ha sido uno de los autores de este volumen.

Somos Comarca: Por lo que sabemos, le encargaron la redacción de las épocas moderna y contemporánea…

Isidro García Tato: Efectivamente, desde el año 1500 hasta la actualidad, 586 páginas para ser exactos, en letra pequeñisísima y papel biblia, porque es un volumen tan grueso que no utilizaron el mismo papel que en el resto de los tomos de la colección, sino que optaron por uno más fino. Es el tomo más voluminoso de cuantos han publicado, con un total de 1414 páginas. Aunque realmente se lee muy bien y es manejable.

SC: Imagino que al tratarse de un encargo sobre la diócesis a la que pertenece, le habrá hecho especial ilusión…

IGT: Voy a serte sincero, fui segundo plato. A finales del año 2003 yo sabía que había dos personas que estaban haciendo este trabajo. Yo encantado, además son amigos y entre bomberos no nos pisamos las mangueras. Pero de repente parece ser que alguien falló y me llamaron de la BAC pidiéndome que me hiciese cargo de la época Moderna y Contemporánea porque de la Antigua y de la Medieval se hacía cargo la catedrática de Historia Medieval de la Universidad de León, Gregoria Cavero Domínguez.

A pesar de que consulté a la persona que lo estaba llevando hasta el momento y que me dijo que no había problema, yo no quería ser segundo plato así que les dije que no. Cada uno tiene su orgullo y además con la BAC había tenido roces hacía unos años. Pero ocurre que las personas siempre sobrepasan a las instituciones. A los pocos días me llamaron el profesor de Historia Medieval de Santiago, el padre José García Oro, y el arzobispo Don Julián, y me presionaron tanto que hice examen de conciencia.

Pensé que era un trabajo sobre mi diócesis, a la que pertenecen los seminarios en los que recibí formación, el de las Ermitas, el de la Bañeza y el de Astorga. Y gracias a ello pude liberarme del arado y dedicarme al estudio que era mi vocación, lo que yo quería. Así que finalmente lo acepté con mucho cariño.

Y además lo hice a conciencia. Eso se puede ver, el volumen no tiene absolutamente nada que ver con el resto de los que se han publicado, porque he ido a las fuentes inéditas en lo posible. Nada de ‘refritos’ ni bibliografías secundarias, habiendo fuentes inéditas voy a ellas. Y por eso estoy muy satisfecho, porque es la historia de una institución a la que le debo todo.

SC: Mucha gente recibió educación gracias a las instituciones de la Iglesia…

IGT: Eso es así. Ahora hay mucho anticlericalismo y antiiglesia, y muchas veces, los que más critican a la iglesia son los que más han recibido de ella. Concretamente en Valdeorras, ¿hasta cuándo no hubo instituto? Hasta el año 74. Si querías estudiar tenías que ir al único sitio que había en la provincia, el Instituto de Enseñanza Media de Ourense, o a Ponferrada. Los curas y frailes nos dieron una educación en todos los aspectos, educación integral, intelectual, urbanidad, hasta cómo comer y cómo sentarse.

SC: ¿No hemos visto que la religión forma parte de nuestra historia?

IGT: No pueden separarse. En esta obra no se habla sólo del dogma, de rezos y de conventos. Es una historia social y económica, de beneficencia, de asistencia social. En aquel tiempo no había escuela primaria, y gracias a los curas de los pueblitos, como las Ermitas por ejemplo, en la tierra de Sanabria, en Vega de Espinareda, había prefectorías regentadas por los curas que eran los que daban educación a los hijos de los labriegos. Los hospitales es otro ejemplo, eran regentados por la Iglesia. En nuestra diócesis hay hasta casi treinta hospitales destinados a la asistencia social, que entonces no había la magnífica seguridad social que tenemos hoy.

Esta historia es la historia del hombre de nuestra tierra pero desde el punto de vista de la fe cristiana. Los cristianos no viven en una nube, están aquí en la tierra. No es historia eclesiástica, es la historia del hombre desde el punto de vista de la fe católica.

SC: En la parte que le ha tocado Isidro, aborda momentos clave de la historia como el tiempo de la Inquisición, la Desamortización, incluso la Guerra Civil…   

IGT: Sí, he tratado de pasar por todos aquellos procesos que hubo contra los que no profesaban la doctrina católica. Y al contrario en tiempos de la Guerra Civil, cuando muchos sacerdotes y obispos fueron martirizados al estallar la guerra y pillarles en el bando rojo... Muchos ahora son beatos o en proceso de serlo. Al final hay un capítulo dedicado al proceso de martirio siempre basándome en documentos inéditos de la Causa General, del Archivo Histórico Nacional, y un apéndice resumen de la vida de todos los santos beatos.

SC: En la época Contemporánea, al final, dedica una parte a la biografía de los obispos de la Diócesis hasta Camilo Lorenzo Iglesias…

IGT: Al igual que en la historia política o social se habla de los reyes, pues la Diócesis también es una institución piramidal y jerárquica, y el obispo es jefe de gobierno y estado. Desarrollo brevemente la historia de todos los obispos desde el siglo XVI hasta la actualidad, y desde Antonio Senso, en 1913, hasta la actualidad, lo hago más extenso.

SC: ¿Por qué lo hace más extenso desde esa fecha?

IGT: Porque existe en la bibliografía de la diócesis un episcopologio que remata precisamente en 1903. Son tres volúmenes de Pedro Rodríguez, pero me vi en la obligación de continuarlo haciendo una biografía y currículum bastante amplio de los últimos de los que no había escrito nada.

SC: ¿Cuándo comenzó a escribir la obra?

IGT: Empecé en la primavera de 2004 y lo acabé en mayo de 2009. Como acción de gracias hice con mi sobrino la peregrinación en 11 días a pie desde Astorga hasta Santiago. Hasta ahora, hasta el día 7 de enero de 2018, no se publicó, así que desde que entregué el manuscrito tuve que ir haciendo modificaciones de acontecimientos, porque la historia sigue transcurriendo.

SC: ¿Cuál fue el problema para que se retrasase tanto tiempo?

IGT: Hubo problemas con la Diócesis de Zamora y retrasaron la publicación. Ambas diócesis van en el mismo tomo.

SC: Pero como investigador, este retraso en la publicación no le beneficia…

IGT: No pude incluirlo como mérito para la promoción en el CSIC porque no estaba publicado. Económicamente no fue muy rentable, pero lo hice por el cariño y por lo que la diócesis hizo por mí. No le faltaba razón a mi abuela cuando me veía estudiar filosofía y hacer trabajos en las vacaciones y me decía “non te rompas tanto a cabeza, non estudies tanto, ¿por qué non aprendes un oficio de ferreiro ou zapateiro…?”.

SC: Desde luego la investigación no está suficientemente valorada en este país…

IGT: Hay que tener vocación. Mi vida ha sido la de un monje, no he llevado vida ni social ni familiar. Toda mi vida ha sido vivir solo, con mis libros. Quien me conoce lo sabe bien.

Isidro G. Tato: “Esta es la historia de una institución a la que le debo todo”