viernes. 19.04.2024

Soledad Pomar es natural de O Barco pero desde hace dos años dirige el centro vigués A Casa da Nosa Señora da Sáude donde los más desfavorecidos encuentran su lugar

Cualquier persona que llegue a A Casa Nosa Señora da Sáude y hable con Soledad Pomar verá que su trabajo es mucho más que eso, es vocación y credo en su labor, la de dar un lugar y una nueva oportunidad a las personas más desfavorecidas. Soledad es, desde hace dos años, la directora de A Casa da Nosa Señora da Saúde en Teis, Vigo, siendo la primera mujer seglar en dirigir esta organización que consta de un centro de acogida y un albergue. «Soy directora gracias al apoyo incondicional de Mossen Ramón Batlle Tomàs», señala Pomar. El centro pertenece a la Fundación Santa Cruz, presidida por Monseñor Joan Josep Omella Omella, cardenal y arzobispo de Barcelona, la vicepresidencia la ocupa Monseñor Luis Quinteiro Fiuza, obispo de Tui-Vigo.

Visita del director xeral de Inclusión Social, Arturo Parrado Puente, al centro

Pomar llegó a Casa da Nosa Señora da Sáude para ocuparse de la economía del mismo pero finalmente, y tras diversas vicisitudes, la Fundación le ofreció la dirección que recibió convencida de que todos los que lleguen a sus centro, personas sin hogar, en muchos casos con problemas de adicción o salud mental, solo necesitan un lugar en el que estar atendidos y aprender, a través de talleres, y cursos de formación cómo reconducir su vida y reinsertarse socialmente.

Las instalaciones, formadas por el centro de acogida y el albergue emplean a un total de 27 personas, entre personal de limpieza, sanitarios, trabajadores sociales, integradores y educadores sociales. El año pasado A Casa Nosa Señora da Sáude atendió a más de 90 personas diferentes en el centro de acogida y 487 en el albergue. Soledad explica que, en circunstancias normales, el centro disfruta de mucha vida ya que los usuarios suelen disponer de multitud de talleres para trabajar de forma independiente y salidas los fines de semana. Pero el coronavirus ha transformado esta realidad.



Lo cierto es que el 2020 comenzaba con buenas noticias, una subvención permitía el arreglo de la cubierta del centro de acogida y el cambio del ascensor del centro del albergue. Continuaban las obras de remodelación con la sustitución de las calderas del centro de acogida. El cambio de ventanas, del sistema eléctrico, del equipamiento y de los ascensores, son obras que se llevan acometido durante los tres últimos años con cargo a fondos europeos. El verdadero objetivo es una modernización del centro estructuralmente que vaya aparejada a la reforma integral liderada por Soledad, que ha buscado, a través de la formación, una nueva manera de reintegrar a los usuarios y un eje sobre el que giran el resto de actividades de la asociación. Así, durante el 2019 un total de 48 personas, de las cuales más del 80% tenían alguna discapacidad, se beneficiaron de los tres cursos que ofrecieron: Competencias Clave, Alfabetización Digital de Nivel Básico y Alfabetización Digital de Nivel Intermedio, una actividad que esperan ampliar.

Usuarios en el aula de actividades que posee la Casa

Con la llegada de la pandemia, las puertas de A Casa da Nosa Señora da Sáude se cerraron y vivieron confinados ya que los usuarios forman parte de un grupo muy vulnerable considerado una población en riesgo de COVID-19 debido a enfermedades como la hepatitis o el VIH. También se vieron obligados a reducir la capacidad de recepción, reservando un ala entera para posibles positivos. Por supuesto, el encierro se extendió al albergue.

Soledad, quien agradece la labor de los trabajadores y señala cómo se vuelcan en su trabajo, advierte que atienden a personas de todos los puntos de Galicia. El perfil es variado: hombres mayores con hijos independientes, hombres de mediana edad divorciados y desempleados, mujeres víctimas de violencia de género sin un lugar al que acudir o jóvenes que salen del centro de menores y no tienen otro lugar. Muchos de ellos tienen problemas de salud mental aunque nunca se hayan tratado, por lo que necesitan ayuda para reconocer el problema y poder afrontarlo.

Alumnos de FP del colegio San José de la Guía haciendo sus practicas en febrero de 2020

A Casa da Nosa Señora da Saúde también continúa con la distribución de comida y el servicio de ropero. En 2019 obtuvieron más de 67,000 kilos de ropa y ofrecer más de 100,000 servicios de alimentación.

Precisamente, este servicio de distribución de alimentos ha experimentado un gran crecimiento en los últimos meses, pasando de 60 a 107 familias beneficiarias solo en la zona de Teis y Calvario. Para acceder a este recurso, las familias deben ponerse en contacto con su trabajadora social de referencia, quien se encarga de introducirlas en el Plan de Alimentación coordinado por el Ayuntamiento de Vigo. La mayoría de estos beneficiarios son familias monoparentales que se han visto afectadas por un ERTE que todavía no han cobrado.

Usuarios invitados al coctel del Programa Inserta de la Fundación Once

Soledad lamenta que estas personas, en muchas ocasiones, se ven apartadas de la sociedad aunque, la realidad, es que cualquiera puede verse en la misma situación tras un cambio inesperado en su vida. Por eso, alerta de la necesidad de ayudar a las familias y personas y advierte que seguirán trabajando para darles formación y seguridad para continuar caminando.


A Casa da Nosa Señora da Saúde, dirección barquense para tratar a los desfavorecidos