Celia Paradelo es la encargada de darle vida y color al pueblo de Santa Mariña
El núcleo de Santa Mariña, en O Barco, es tranquilo. Pocas cosas rompen la monotonía de este pueblo de alta montaña situado a 9 kilómetros del casco urbano barquense.
Lugar de vistas incomparables que invita al recogimiento, por ello se pueden realizar múltiples actividades que requieran paciencia, y sobre todo mucho silencio como es la pintura. Celia Paradelo es la encargada de decorar varios lugares públicos de este pueblo y también de casas.
Paradelo nos recibe en su huerta, rodeada por las gallinas en una monótona tarde pocos días antes de Semana Santa. Esta barquense sube a diario desde la capital comarcal para cuidar a su madre y, reserva un poco de su tiempo en la aldea para poder dedicarse a una de sus pasiones, la pintura.
De forma totalmente autodidacta comenzó a dejar su huella en diferentes fachadas, muchas veces en lugares no muy aptos para la pintura tanto por los materiales como por la ubicación. «Es complicado debido a la rugosidad del ladrillo o las paredes».
Las pinturas murales en San Mariña no son la únicas creaciones que realiza esta artista, ventanas, jarrones e incluso telas sirven para poder esparcirse y aportar algo de tranquilidad en su jornada. «Lo utilizó para relajarme» concluye.