Isabel Gavela recomienda "Galatea", de Madeline Miller

Isabel Gavela recomienda "Galatea", de Madeline Miller
Pigmalión, rey de Chipre, buscó durante muchísimo tiempo a una mujer con la cual casarse. Pero con una condición: debía ser la mujer perfecta. Frustrado en su búsqueda, decidió no casarse y dedicar su tiempo a crear esculturas preciosas 

Este libro es una preciosa edición ilustrada por Ambra Gaslaschelli. Con una prosa arrebatadora, que a pesar de la crudeza de la historia, te enamora, como en los anteriores libros de la forma de escribir de Madeline Miller.

Pigmalión, rey de Chipre, buscó durante muchísimo tiempo a una mujer con la cual casarse. Pero con una condición: debía ser la mujer perfecta. Frustrado en su búsqueda, decidió no casarse y dedicar su tiempo a crear esculturas preciosas para compensar la ausencia.

Una de estas, , Galatea, la más hermosa escultura, la mejor de sus obras, una mujer ideal, esculpida en marfil blanco. Una mujer con una belleza inimaginable e inigualable,  la vistió con las mejores ropas y adornó con bellas joyas. Todas las noches Pigmalión visitaba su obra, imaginaba como sería aquella mujer si viviese, si fuera de carne y hueso en lugar de marfil. Y así fue como se enamoró de ella.

La trataba con amor y cariño, como si fuese un ser vivo, hablaba con ella todas las noches, la besaba y abrazaba y cuidaba de su bella Galatea.

Una noche mientras se celebraba una fiesta en honor de Afrodita, Pigmalión que como siempre se encontraba pensando en Galatea, se arrodillo frente a la estatua de la diosa y le suplicó de rodillas que diera vida a su obra. La diosa se apiado de él y dio vida a Galatea transformándola en una mujer de carne y hueso.

Cuando Pigmalión regreso a su taller, triste pensando que su obra siempre sería una escultura de marfil, se acercó a hablar con ella y suavemente beso sus labios. Al hacerlo no notó el frío marfil, sino los cálidos labios de una mujer. Galatea en ese preciso momento cobró vida y se enamoró perdidamente de su creador, que con tanto cariño la había tratado y tantos mimos le había dado.

Pigmalión se casó con Galatea, que se convirtió en reina de Chipre y tuvieron varios hijos, reinaron felices y agradecieron siempre su amor a Afrodita. Hasta aquí el mito.

Pero con lo que no contaba el Pigmalion de Madeline Miller, era que su Galatea tuviera su propia personalidad así que el amor que sintió por su creación duró mientras ella era un ser inanimado. En el momento en el que tuvo voluntad propia,  Pigmalión ya no está seguro de que  le guste. Pigmalión es un hombre controlador y posesivo y Galatea  acaba recluida bajo la constante supervisión de médicos y enfermeras, pero, con una hija a la que rescatar, Galatea está decidida a liberarse a cualquier precio.. Pero ella es capaz de mantener la calma y analizar fríamente las cosas, quizás por su condición de estatua. Es capaz de comportarse como se espera de ella para conseguir sus objetivos.  

 Y así, una Galatea prisionera de su marido y vigilada constantemente, busca la forma de liberarse de Pigmalión y al mismo tiempo de liberar a su hija.