martes. 16.04.2024

Tanto el conservatorio como la Escuela de Música de O Barco continúan impartiendo lecciones de música a sus alumnos a través de Skype, WhatsApp y otras herramientas digitales

Tanto el Conservatorio como la Escuela de Música de O Barco continúan impartiendo lecciones a sus alumnos a través de Skype, WhatsApp y otras herramientas digitales

La música amansa a las fieras, y tal vez, también al coronavirus. Ojala sea así porque O Barco, durante todo el confinamiento, se ha llenado de música ya que los 189 alumnos del Conservatorio y la Escuela de Música no han cesado en su aprendizaje. Para ello, profesores y alumnos usan dispositivos electrónicos y aplicaciones como Skype o WhatsApp y así continuar con las clases, tal y como ha explicado el profesor Manuel Prada. “Los profesores  realizan el seguimiento de los alumnos de forma telemática, con los recursos de los que disponemos”, ha detallado.

"En las clases teóricas se envían ejercicios que posteriormente se corrigen, además de hacer un seguimiento de las dudas que puedan tener los alumnos vía WhatsApp , Skype, Line, Zoom, Email..., o mediante  llamada telefónica", destaca el profesor quien añade que el objetivo es que todos los alumnos del centro puedan seguir con la programación del curso.



"La conexión y los dispositivos de cada uno son diferentes por lo que a veces también usamos las vídeo llamadas de WhatsApp”, indica Manuel Prada, quien añade que también cuentan con el correo electrónico para que los alumnos puedan presentar sus dudas, recibir ejercicios o incluso mandar vídeos. “Además damos la posibilidad a los alumnos de que nos envíen grabaciones para luego corregir determinados aspectos interpretativos. Para los  que no disponen  de conexión a Internet, estamos a su disposición para aclarar sus dudas mediante llamada de teléfono”.

"Estamos también haciendo gestiones y a la espera de que la editorial con la que trabajamos las clases de lenguaje musical y otras asignaturas teóricas nos faciliten los libros en formato digital para pasar a profesores y alumnos”, relata Prada.



Esta medida fue tomada por el claustro musical barquense desde el momento en que se decretó el estado de alarma. “Fue todo muy apresurado y, al igual que en el resto de centros, nos pilló muy de sorpresa porque no se  dispone de  una plataforma para poder impartir las clases online”, explica señalando que desde la primera semana comenzaron a mandar trabajo a los alumnos incorporando el resto de medidas de forma escalonada. “Empezamos probando el uso de estos recursos entre los profesores para ver si podía funcionar para luego aplicarlo  con los alumnos”.

Es cierto que esta solución tiene un hándicap en el caso de la música, debido al retardo y a la mala calidad del sonido en algunos momentos. “También depende de la conexión, del micrófono si es exterior, del móvil. A pesar de ello y aunque la conexión sea mala, a los alumnos les sirve para continuar con la programación del curso estando en activo”, relatan desde el conservatorio y Escuela de música donde imparten clases un total de doce profesores.

Una alumna durante la clase por skype

En estos días de confinamiento, además, los alumnos no solo afianzan los conceptos ya aprendidos sino que aprenden materia nueva gracias al aprendizaje continuo que supone la música. “La segunda evaluación  ha terminado y estamos ya en la tercera” advierte aunque admite que cada materia tiene exigencias diferentes. “Armonía y lenguaje musical, por ejemplo son asignaturas que permiten hacer más ejercicios teóricos, mientras que otras asignaturas son más de practica instrumental”, concluye Manuel Prada.

"Esperemos que esta situación pase lo más pronto posible, y damos ánimos a todos los afectados de una u otra forma por esta pandemia, agradeciendo por supuesto el esfuerzo realizado por todos para que esta situación se revierta lo antes posible", concluyen desde el conservatorio.

Desde ambos centros, añaden que quieren se quieran poner en contacto con ellos pueden hacerlo a través de los correos electrónicos: [email protected] o [email protected].

La música que no ha parado ni el COVID 19