Sputnik Labrego realizará un análisis de los yacimientos arqueológicos afectados por el incendio
Aunque aseguran que el fuego no debería afectar a los materiales subyacentes, si podría haber provocado desmontes o deterioros
El gran incendio que ha arrasado buena parte de Valdeorras y comarcas vecinas ha puesto en riesgo también el patrimonio arqueológico de la zona. Según las primeras valoraciones de la asociación arqueológica Sputnik Labrego —que ha trabajado durante años en yacimientos como el castro de Valencia do Sil (O Castelo) y en los montes de Casaio—, por el momento no hay una evaluación completa de cada emplazamiento. “De momento no tenemos información específica de cada yacimiento; habrá que revisarlos y ver específicamente cada uno”, señala Carlos Tejerizo, arqueólogo de la citada asociación.
Tejerizo explica que algunos lugares en los que trabajan están dentro de las zonas quemadas y que será necesario volver “in situ” para comprobar daños concretos en estructuras y estratigrafías. En particular, el equipo afirma que el yacimiento de Valencia do Sil sí recibió la llegada del fuego y que ellos mismos pudieron comprobarlo desde el terreno. “Estuve yo por esa zona y ya lo vi… tendremos que ir a ver exactamente lo que ha afectado a las estructuras y a todo lo que hemos excavado”. Según la asociación, en principio “no debería de afectar demasiado” a los materiales subyacentes, si bien la interacción del fuego con estructuras no consolidadas podría haber provocado desmontes o deterioros que habrá que evaluar.
Una nota positiva que destaca Sputnik Labrego es que varios de los yacimientos más relevantes en los que trabajan —entre ellos las pinturas de Casaio y la denominada mina de Valborraz (y otros puntos vinculados a la investigación del grupo)— no se vieron afectadas, en gran medida “gracias a la implicación de la gente que estuvo allí echando una mano para que no llegara el fuego a estos sitios”.
De este modo, a finales de esta semana Sputnik Labrego realizará una inspección detallada de cada yacimiento dentro de las áreas quemadas para conocer el alcance real del daño,tanto sobre estructuras como sobre materiales arqueológicos enterrados.
Lo que estos hechos ponen sobre la mesa es que es necesaria una planificación de medidas de protección a medio plazo como es la limpieza de combustibles alrededor de enclaves sensibles, consolidación de estructuras expuestas y coordinación con administraciones y comunidades de montes para integrar la protección del patrimonio en los planes de defensa frente a incendios. Desde la asociación subrayan que “hay algunos yacimientos más sensibles que otros; por ejemplo el de Valencia es especialmente sensible por la ubicación y la vegetación alrededor”.
En los próximos días, si las condiciones lo permiten, equipos técnicos y voluntarios deberán recorrer los yacimientos para elaborar un diagnóstico y priorizar intervenciones de emergencia y conservación.
Como recuerdan desde Sputnik Labrego, aunque los incendios pueden destruir o dañar elementos arqueológicos, las intervenciones posteriores pueden también aportar información nueva sobre ciertos contextos y permitir documentar aspectos desconocidos del paisaje histórico. Ya en incendios anteriores se han realizado estudios que analizaron cómo afectó el fuego a estratigrafías y estructuras, aportando hallazgos inesperados. No obstante, la prioridad inmediata sigue siendo salvaguardar lo que todavía esté recuperable.