El Encuentro con el Domingo de Resurrección
Son varios los puntos de la comarca donde la tradición de repite, la Semana Santa llega a su punto final con una de las procesiones más emotivas, el Encuentro y la nueva vida
Una alegoría de la vida, un renacer y una nueva oportunidad. Esta es solo una de las interpretaciones de este Domingo de Resurrección en el que el buen tiempo ha acompañado a toda la comarca donde se ha reproducido una de las procesiones más bonitas y emotivas el encuentro. Un momento que omiten los evangelios pero que narra como Jesús tras resucitar al tercer día, se encuentra con su madre y esta lo recibe gloriosa.
As Ermitas
El Santuario de Nuestra Señora de As Ermitas es el lugar icónico de la Semana Santa: cultura, arte y religiosidad se dan la mano de una manera casi mística que no deja imperturbable a ninguno de sus admiradores.
El Domingo de Resurrección es otro de los momentos cúlmenes de la Semana de Pasión, con el atrio del monasterio de protagonista. Allí ha tenido lugar el encuentro entre la Virgen y el resucitado. Un momento tan alegre que ha finalizado con una fiesta en la que el protagonismo lo lleva el pulpo preparado por los pulpeiros de O Bolo.
A Rúa
También el atrio de la iglesia de Santo Estevo de A Rúa ha sido el punto de encuentro entre la Madre y el Hijo. Mientras un grupo de jóvenes oraba, Jesús se encontraba con la Virgen que cambió su manto de luto por otro amarillo para simbolizar la alegría. Acto seguido ha tenido lugar la Misa de Pascua.
En ella se ha llevado a cabo la bendición del agua que evoca en los fieles el recuerdo de Cristo, que representó, la culminación de las bendiciones divinas.
Petín
Son los hombres petineses los que portan a Jesús en la cruz por la parte más antigua de la localidad. Mientras las mujeres salieron por la calle de la Iglesia en dirección a la plaza donde se realizó el encuentro tras las tres genuflexiones de rigor.
La vuelta ya con la Virgen despojada del velo negro y frente a frente mirando a su hijo resucitado volvieron al templo donde se ofició la homilía.
O Barco
La capital valdeorresa no podía ser menos y O Barco también ha dejado que el hijo vuelva a ver su madre. Portado por la parte del casco vello barquense, la Virgen y su hijo se han encontrado ante cientos de miradas que disfrutaban de cómo la Cofradía vuelve a escenificar este momento clave que simboliza la esperanza.
Esta vez no era el atrio sino el fondo de la Plaza Mayor de O Barco donde tiene lugar el encuentro mientras el Sil discurre a lo largo de la localidad. Algunas personas tiraron flores al paso de la Virgen que acudía al encuentro llamativo y vistoso
Una procesión de la cual se encarga la Cofradía de Jesús Nazareno, formada por unos 600 cofrades que dieron vida a unno de los actos centrales de este encuentro de resurrección, cuando los braceros de la Virgen se colocan ante el trono del Cristo Resucitado, y los cofrades, le quitan la capa negra para dejarle con un manto blanco que significa esa alegría que se transmite en la Pascua.