La ciencia de la decoración: psicología de los colores en tu hogar

La ciencia de la decoración: psicología de los colores en tu hogar

La decoración de tu hogar no solo tiene la función de hacerlo mucho más atractivo tanto a nivel estético, y es que, quizá no lo sepas, pero los colores que utilices en la decoración incidirán enormemente en cómo te sientes en cada estancia de tu vivienda.

Esto se entiende a través de la psicología de los colores, que es la que explica cómo cada tonalidad de color puede afectar a nuestro estado de ánimo, a nuestra forma de actuar y, en definitiva, a nuestro bienestar general.

Según los expertos, al acertar con los colores, podrás crear un ambiente que encaje mejor con tu personalidad y necesidades, independientemente de que prefieras un entorno más relajado, enérgico o acogedor.

Para ello, es importante combinar los colores con accesorios decorativos como marcos de fotos, cuadros o plantas, con el objetivo de completar el espacio y conseguir un resultado lo más armonioso posible.

Por suerte, las opciones para decorar y personalizar cualquier espacio de tu hogar son innumerables y, por ejemplo, en Action España cuentas con miles de artículos de decoración a precios altamente competitivos, que te permitirán darle un toque más especial a tu vivienda sin necesidad de realizar un elevado desembolso.

¿Cómo influye la psicología de los colores en la decoración?

Más allá de centrarse en qué está de moda o no, al escoger los colores en la decoración debes pensar en cómo te van a hacer sentir en función del ambiente que estés creando.

Conscientes de las dudas existentes, a continuación, vamos a repasar cómo algunos de los colores más habituales en la decoración pueden influir en tu comportamiento y estado de ánimo, para que lo tengas en cuenta la próxima vez que vayas a dar un cambio decorativo a tu vivienda.

Amarillo

El amarillo es un color que evoca optimismo, alegría y creatividad a partes iguales, y que triunfa en ciertas estancias del hogar como la cocina o una sala de juegos, ya que según los psicólogos, aporta una gran energía y vitalidad.

Pero, lo cierto es que el amarillo puede ser algo abrumador si se utiliza en exceso, de ahí que haya que utilizarlo en su justa medida, más como color secundario que primario.

Azul

El azul es un color que simboliza relajación y calma, que está directamente asociado a la tranquilidad y a la paz.

Esto hace que el azul sea uno de los mejores colores para decorar dormitorios, especialmente en tonos claros como el azul pastel o el celeste, que ayudarán a promover un ambiente que favorezca el descanso. Así mismo, el azul también es idóneo para otras estancias como el cuarto de baño, donde también se busca la relajación.

En cambio, no deberíamos utilizar los azules más oscuros en grandes dosis, como el azul marino, ya que si abusamos de ellos, podrían crear un ambiente demasiado frío.

Blanco

El blanco es el color más utilizado en la decoración de interiores por su versatilidad, destacando como un color que combina con todo y, que además, transmite pureza, limpieza y amplitud.

Así mismo, el blanco puede aumentar la sensación de amplitud y luminosa, posicionándose como la mejor solución para estancias pequeñas o con poca iluminación.

Gris

El gris es un color neutro que se ha convertido en uno de los favoritos por los decoradores de interiores, capaz de transmitir suavidad y calma en sus tonos más claros, o sofisticación y modernidad en su versión más oscura.

Como el blanco, el gris se adapta a la perfección a prácticamente cualquier espacio, siendo una de las mejores opciones si eres amante del estilo minimalista.

Rojo

El rojo es el color de la energía y de la pasión, siendo una opción idónea si quieres crear un ambiente en el que reine el dinamismo y sea estimulante, como una sala de juegos o el comedor.

Pero, como podrás comprobar, el rojo tiene el riesgo de que puede resultar algo estresante, de ahí que deba utilizarse con moderación.

Verde

El verde es uno de nuestros colores favoritos para decorar, que está asociado con la naturaleza, y transmite equilibrio, serenidad y frescura a partes iguales.

Muy versátil, es una apuesta segura si quieres crear un ambiente relajante, especialmente en tonos claros como el verde pastel, que además de relajar, resulta muy elegante y es fácil de combinar con otros muebles y accesorios.