viernes. 19.04.2024

El presidente de la sección de Arqueología del IEV invita a recobrar y hacer un inventario de estas edificaciones de piedra que protegían las colmenas de los osos

José Fernández, presidente de la Sección de Arqueología del Instituto de Estudios Valdeorreses —IEV—,  invita a proteger, recobrar y hacer un inventario de las albarizas de Vilamartín, edificaciones de piedra repartidas por el monte, que se empleaban para la protección de las colmenas frente a los osos.

Las albarizas se estima que su antigüedad data del siglo XVII. Son una especie de «fortificaciones», la mayor parte de ellas circulares —si bien existen cuadradas y rectangulares— en las que se metían las colmenas para protegerlas del ataque de los osos.



«Son paredes de dos a tres metros de altitud. En su interior había unas losas planas en su parte superior para que cayesen sobre el oso cuando intentase coger la miel, quedando a salvo de las colmenas», cuenta con detalle José Fernández.

Relata como anécdota que posee vídeos y fotografías de osos en las comarcas leonesas de El Bierzo y Laciana caminando por encima de las losas «sin caerse, encima de ellas como perico por su casa, lo cual prueba que los osos de tontos no tiene nada».

José Fernández muestra una albariza durante una conferencia

En Valdeorras, existe un buen número de ellas en Vilamartín y Casaio —Carballeda—, si bien en este último municipio algunas de ellas fueron «devoradas» por las escombreras de pizarra. «La mayoría están abandonadas a su suerte, si bien en San Vicente de Leira hay tres o cuatro acondicionadas por su propietario», esgrime.

En este sentido, propone que sería cuestión «de hacer un inventario de ellas y protegerlas e instar a las que tengan propietario a limpiarlas».

José Fernández, presidente de la Sección de Arqueología del IEV —en el centro—

Las albarizas «hablan», son testigo de que en Vilamartín hubo osos. «Si hacían estas estructuras es que los había. Hay una a menos de dos kilómetros de Vilamartín.  Esto prueba que no hace ni 100 años que los había y que están regresando», pronóstico que realiza en base al «avistamiento» de un oso en Casaio hace unos meses.



La Unesco declaró en 2018 que la  arquitectura de muros con «piedra seca» son Patrimonio de la Humanidad , de modo que las albarizas también, añade, puesto «que no tienen barro, cal, ni nada», concluye José Fernández

Las albarizas tienen este nombre en Valdeorras y Galicia, si bien reciben diferentes nombres dependiendo de la localidad. Así, en El Bierzo, por ejemplo, le llaman «cortines».

Texto y fotografía: Susana Prieto

José Fernández reivindica las albarizas de Vilamartín